Vol. 75/No. 46      19 de diciembre de 2011

Siete de ellos, incluyendo dos niños, están bajo amenaza de desalojo por parte del gobierno después de que el padre, Munir Farooqi, tras un juicio amañado, fue sentenciado a cuatro cadenas perpetuas por cargos de “preparar actos terroristas, incitar a cometer asesinatos y distribuir propaganda terrorista”.

Más de 14 mil personas han firmado peticiones para protestar el desalojo.

A pesar que varias personas han sido desalojadas de viviendas públicas en Gran Bretaña desde los disturbios callejeros de agosto, esta es la primera vez que la fiscalía ha amenazado con el desalojo haciendo uso de la ley antiterrorista de 2008, adoptada durante el gobierno del Partido Laboral.

El 18 de octubre se celebró una vigilia frente al cuartel de policía de Longsight, en donde las autoridades religiosas estaban reunidas con la policía para discutir el desalojo.

Dos semanas después unas 160 personas llenaron un recinto para protestar contra el caso. Harris Farooqi, quien fue también acusado con su padre, y fue luego absuelto, es ahora un dirigente de la campaña para salvar el hogar de la familia. “Este no es un caso de musulmanes, le concierne a todos”, le dijo al Militante.

“Este fue un caso extremadamente difícil”, dijo el jefe de la policía Tony Porte, quien dirige la unidad contra-terrorista del noroeste, “por que no les encontramos a estos hombres planos de ningún tipo, ni de planeamiento ni de ataque. Sin embargo, lo que pudimos probar fue su ideología”.

Rose-Marie Franton, de la fiscalía, dijo que su caso se basa en “conversaciones grabadas por dos policías encubiertos” que afirman que los acusados estaban siendo “preparados para luchar en el extranjero en contra de las tropas británicas y de la coalición imperialista en Afganistán”.  
 
 
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