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Vol. 75/No. 46      19 de diciembre de 2011

 
(portada)
Egipto: protestas condenan
continuación de dominio militar
 
Odd Andersen/AFP/Getty Images
Protesta contra el gobierno militar en la plaza Tahrir, Cairo, el 29 de noviembre. Buscando avances electorales, la Hermandad Musulmana no apoyó protestas tras ataque contra manifestantes.

POR SETH GALINSKY  
Después de varios días de protestas en la plaza Tahrir exigiendo que los militares entreguen el poder a un gobierno civil, el alto mando del ejército egipcio ha dejado claro que no tiene intención alguna de renunciar a su control.

“La posición de las fuerzas armadas seguirá siendo la misma”, dijo Mohamed Hussein Tantawi, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el 27 de noviembre, en la víspera de las elecciones al parlamento.

La semana de protestas se produjo después de que la Hermandad Musulmana, principal contendiente de los militares por el poder, llenara la plaza Tahrir el 18 de noviembre, en respuesta al anuncio del alto mando restringiendo la comisión que habrá de redactar una nueva constitución después de las elecciones.

Más tarde esa misma noche, la policía antimotines atacó a un número menor de manifestantes que se habían quedado en la plaza. A pesar de que la Hermandad Musulmana dijo a sus partidarios que se mantuvieran alejados y que se concentraran en ganar las elecciones, decenas de miles de trabajadores, estudiantes y otros, indignados por el ataque, inundaron la plaza.

Durante los nueve días siguientes murieron 41 manifestantes y más de 2 mil resultaron heridos en enfrentamientos con la policía y los soldados por todo el país, según Al Jazeera.

Tantawi destituyó el gabinete y nombró a Kamal el-Ganzouri como primer ministro. Ganzouri había sido primer ministro del ex presidente Hosni Mubarak en la década de los 90.

“Estamos cansados de las falsas promesas de democracia, trabajo e indemnización para los que resultaron heridos durante la revolución contra Mubarak”, dijo al Militante en una entrevista telefónica desde El Cairo Maie Sherefay, de 21 años de edad y una de las que fueron a la Plaza Tahrir después del ataque. “La policía disparó a la gente con munición real. Necesitamos a alguien en el poder que sea digno de confianza, no a los militares”.

La federación egipcia de sindicatos independientes instó a sus miembros a unirse a las protestas. Las huelgas que han tenido lugar en la industria textil y en otras industrias en los últimos meses han ganado algunos aumentos salariales y beneficios. Sin embargo, “no ha habido respuesta a las demandas de la clase obrera egipcia de un aumento en el salario mínimo y las pensiones”, dijo la federación en un comunicado. “Mientras tanto los trabajadores enfrentan la represión” y el despido de activistas sindicales. Algunos enfrentan cargos en tribunales militares.

Algunos en la Plaza Tahrir llamaron a un boicot de las elecciones.

Las manifestaciones en la Plaza Tahrir disminuyeron a medida que se abrían centros de votación el primer día de las elecciones el 28 de noviembre, con largas filas de votantes.

Se presentan más de 6 700 candidatos para las elecciones a las dos cámaras del parlamento. Los 47 partidos políticos que compiten van desde los grupos islamistas, incluyendo a los salafistas y la Hermandad Musulmana, que quieren imponer un tipo de ley saría, hasta los partidos laicos capitalistas “liberales” como el partido de los Egipcios Libres, encabezado por el multimillonario magnate de las telecomunicaciones Naguib Sawiris, y las fuerzas aliadas con Mohamed El Baradei, antiguo director de la Agencia Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas. La complicada votación se llevará a cabo en etapas hasta marzo.

Se espera que la Hermandad Musulmana gane la mayoría absoluta en las elecciones.

“Están muy bien organizados, con un montón de dinero, con más experiencia que otros partidos y bien adiestrados”, dijo al Militante Karam Youseff, propietaria de una librería en El Cairo. “En el campo, en la ciudad, en cada callejón, en todos sitios se ve a la Hermandad Musulmana donando alimentos, ayudando en los hospitales. Tienen una gran base en las calles”.

Youseff, quien va a votar a favor de una coalición social-demócrata, dice que los partidos laicos “necesitan mucho tiempo para llegar a la gente en el Alto Egipto y en el campo” y competir con eficacia contra la Hermandad Musulmana. Para que esto suceda, ella cree que el ejército necesita mantener el control por el momento.

Alaa Hani Murad, una recién graduada de la Universidad Británica en El Cairo, tiene un punto de vista diferente. El nombramiento de Ganzouri y los ataques contra los manifestantes “muestran lo reaccionario que es el Consejo Militar Supremo”, dijo al Militante por teléfono. “Deberían regresar a los cuarteles lo más rápido posible”.  
 
 
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