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Vol. 75/No. 39      31 de octubre de 2011

 
¡Legalizar indocumentados ya!
(editorial)
 

Miles de trabajadores en Alabama defendieron a nuestra clase el 12 de octubre cuando realizaron una huelga de un día en fábricas de pollo y otros centros de trabajo para protestar contra la nueva ley antiinmigrante del estado. Están luchando para poder trabajar, enviar a sus hijos a la escuela y caminar por las calles sin temor a ser arrestados o deportados.

Esta ley, y otras similares, son parte de un ataque más amplio del gobierno de los patrones en Washington que busca intimidar a los trabajadores inmigrantes y mantenerlos en un estado de segunda clase.

La clase explotadora está atacando nuestra unidad y solidaridad en varios frentes. Un elemento clave en esta ofensiva es el aumento de los ataques a aquellos de nosotros que no tenemos los “papeles debidos”.

El blanco de estos ataques es toda la clase trabajadora. De igual forma que usan como palanca el desempleo elevado y persistente, usan como chivo expiatorio a los nacidos en el extranjero, para enfrentar a unos trabajadores contra otros. Buscan debilitar nuestra capacidad de entablar una lucha eficaz en contra de sus esfuerzos para hacer que nosotros carguemos el costo de su crisis económica e intensificar el ritmo de explotación de todos.

No es un conflicto entre inmigrantes y los nacidos en Estados Unidos. Es un conflicto entre la clase patronal, la clase capitalista, con el respaldo de su ejército, su policía y sus tribunales, por un lado. Por el otro lado está la clase trabajadora, los pequeños agricultores y nuestros aliados, que representan la gran mayoría de la sociedad.

El Militante ha venido cubriendo las luchas en contra de los ataques de los patrones por todo el país: el cierre patronal de la compañía American Crystal en Red River Valley contra los trabajadores del azúcar de remolacha, la lucha de los estibadores que están luchando contra los intentos de destruir su sindicato en el estado de Washington, la de los mineros del carbón que luchan para sindicalizarse en Illinois, la de los trabajadores automotrices que han rechazado las demandas por concesiones en Oshkosh en Wisconsin, la de los trabajadores del acero enfrentando un cierre patronal en Pennsylvania, la de los trabajadores de la Honeywell en la ciudad de Kansas, Missouri. Y la lista continúa creciendo.

Estas batallas, desde Alabama hasta la región del Medio Oeste de Estados Unidos ocupan un lugar central en la política en Estados Unidos hoy día. Son parte de cómo nuestra clase está adquiriendo experiencia de lucha, sobre cómo buscar y brindar solidaridad a todos aquellos que son blanco de la ofensiva capitalista, aprendiendo a poner nuestras luchas en un plano social más amplio y comenzar a vernos a nosotros mismos como trabajadores del mundo.

El movimiento sindical debe ser el abanderado de las luchas en contra de todas las formas de explotación y opresión. Defender la lucha de los trabajadores inmigrantes, que han demostrado ser una sección combativa de nuestra clase y cuya amplitud de experiencias fortalece a nuestras filas, es una cuestión de vida o muerte para la clase trabajadora.

¡Legalización para los trabajadores indocumentados ya! ¡Extender solidaridad a todos los que están luchando contra el enemigo común! ¡Un ataque contra uno es un ataque contra todos!
 
 
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