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Vol. 75/No. 32      12 de septiembre de 2011

 
Denuncian trato de
presos en California
(portada)
 
POR BETSEY STONE  
SACRAMENTO, California—Más de 200 partidarios de los reclusos que realizaron una huelga de hambre de tres semanas en julio, llenaron el capitolio de California el 23 de agosto para asistir a una audiencia sobre las condiciones dentro de las prisiones. La audiencia fue organizada por el Comité de Seguridad Pública de la asamblea estatal y se centró en la cuestión de detención en celdas de aislamiento en las Unidades de Alojamiento Especial (SHU), donde se alojan muchos de los 6 500 reclusos que estuvieron en huelga de hambre.

Dos de las reivindicaciones principales de los huelguistas habían sido el fin de las detenciones a largo plazo en celdas de aislamiento y el castigo a los reclusos por negarse a delatar a otros prisioneros.

Earl Fears, que había pasado un tiempo en las SHU en la Prisión Estatal de Corcoran, dio inicio a la audiencia. Describió los estragos mentales y físicos que sufren los presos en celdas de aislamiento, donde los tienen en celdas sin ventanas de 8 por 10 pies más de 22 horas diarias, sin más contacto humano que los guardias.

Scott Kernan, subsecretario de operaciones del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California, defendió las SHU. Kernan dijo que son necesarias para segregar a pandilleros violentos.

Uno tras otro, miembros del público respondieron a Kernan, citando ejemplos de miembros de su familia o amigos que fueron encerrados en las SHU no por actos violentos, sino por que las autoridades penitenciarias “evaluaron” que eran pandilleros. Entre las “pruebas” que utilizan están los tatuajes, la posesión de dibujos aztecas, hablar o hacer ejercicios con un pandillero, ser delatado por otro reo o hasta tener un libro de George Jackson, un recluso negro en la prisión San Quintín que denunció las condiciones inhumanas y fue asesinado por los guardias en 1971.

Respondiendo a las preguntas de los legisladores estatales, Kernan dijo que el departamento de correcciones va a seguir “interrogando”, eufemismo para la práctica de presionar a los reos a delatar a otros a cambio de un trato mejor o la salida de las SHU. Los reclusos en las SHU han estado detenidos allí, en algunos casos, durante décadas, simplemente porque se negaron a inventar o proporcionar información que habría perjudicado a otros.

Ron Ahnen, que trabaja con Prison Focus, una revista que publica artículos y cartas de reclusos, enfatizó que los reos caracterizados como pandilleros a menudo son “los que se defienden, los que defienden a otros reclusos”.

“Las SHU no tienen que ver con actividades de pandillas, al igual que la ‘guerra contra las drogas’ no tiene que ver con drogas”, dijo James Harris, del Partido Socialista de los Trabajadores, en la audiencia pública. “Son ataques contra la clase trabajadora en su conjunto. Su objetivo es aterrorizarnos para que no actuemos y para sembrar el temor en nuestros corazones”. “La huelga de hambre”, dijo, demuestra que “estos reclusos no son solo víctimas, sino que son capaces de organizarse para luchar”.

Manifestantes se reunieron en el capitolio la mañana de la audiencia para un evento patrocinado por el Comité de Solidaridad con la Huelga de Hambre de los Reos. Meredith Drennan dijo que su hijo había perdido 30 libras durante la huelga. “Lo que más me impresiona”, dijo, “fue cómo se organizaron, dejando de lado las divisiones raciales. Las autoridades penitenciarias imponen su voluntad practicando divide y vencerás. Lo que ellos temen sobre todo es la unidad”.  
 
 
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