Vol. 75/No. 28 1 de agosto de 2011
Según informes de la prensa y residentes entrevistados por el Militante, el joven Kenneth Harding estaba esperando en una parada de la Línea T del tren ligero cuando se le acercaron dos policías uniformados de San Francisco como parte de un operativo de reducción de violencia.
Estaba sentado en la plataforma. Lo escogieron, dijo Rashid Preston, un estudiante del City College de San Francisco que vive cerca. Ahí se sientan y nos molestan todo el día.
La policía alega que él sacó una pistola y les disparó mientras huía, acusación que desmintió el vecino Henry Taylor. Lo que vi fue a un joven que corría para salvar su vida, dijo Taylor al Chronicle de San Francisco. La policía alega que recuperó la pistola de Harding al día siguiente. Según informes de la prensa, le dispararon a Harding por la espalda varias veces.
Inmediatamente después de la balacera, decenas de policías cerraron el paso por tres cuadras. Algunos vecinos expresaron su ira e indignación mientras la policía se apostaba hombro a hombro con uniformes antimotines, cachiporras y pistolas en la mano. Un vehículo blindado de asalto también estaba en el sitio.
Si un boleto de 75 centavos significa tanto, si le va a costar la vida a nuestros hijos, que cierren la Línea T, dijo Kitty, una trabajadora jubilada que pidió que no se publicara su apellido.
El 18 de julio unas 100 personas acudieron a una rueda de prensa y protesta contra la brutalidad policiaca.
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