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Vol. 75/No. 27      25 de julio de 2011

 
Reos en California protestan
por encierros, castigos por raza
(portada)
 
POR ARLENE RUBINSTEIN  
LOS ANGELES—Reclusos en la prisión estatal Pelican Bay State Prison (PBSP) empezaron una huelga de hambre el 1 de julio para protestar contra las condiciones inhumanas allí. De inmediato su protesta se extendió a otras prisiones en California cuando miles de reclusos se negaron a comer en solidaridad con la huelga. Según Prison Focus, 6 600 presos rechazaron la comida en las prisiones durante el primer día de la huelga. También se han organizado protestas callejeras en apoyo a los reclusos en Los Angeles, San Francisco, Nueva York y otras ciudades.

Los presos están exigiendo el fin de las Unidades de Alojamiento Especial (Special Housing Units—SHU) donde encierran a los presos por 22 horas al día en una celda sin ventana y con aislamiento acústico, algunos de ellos desde hace décadas.

En una queja formal dirigida al gobernador Edmund Brown y a Matthew Cate, el secretario del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR), en nombre de sus compañeros reclusos en la PBSP, Todd Ashker y Danny Troxell exigieron el fin de la política de enviar reclusos a las SHU por participar en pandillas “aunque no han sido acusados ni hallados culpables de actividades ilegales relacionadas con las pandillas”.

La detención en celdas de aislamiento es el castigo preferido del CDCR. Un ejemplo es el caso de Geronimo Pratt, veterano miembro de las Panteras Negras, encarcelado bajo cargos falsos de asesinato por 27 años. Fue detenido en una celda de aislamiento por ocho años.

La huelga también exige el fin de la política de obligar a los presos a “rendir cuentas” para poder salir de las SHU —o sea, informar sobre actividades relacionadas con pandillas de otros reclusos— algo que pondría en riesgo su seguridad y la seguridad de sus familias.

Otra demanda es la eliminación de los castigos colectivos, cuando los presos de todo un grupo racial son castigados cuando un individuo de ese grupo es acusado de desobedecer una regla.

Otras reivindicaciones de los huelguistas hacen patente las condiciones sombrías que enfrentan. Quieren comida adecuada con valor nutritivo, más acceso a la luz de sol natural, una foto por año, un calendario de pared y una llamada telefónica por semana.

Según Terry Thornton, vocera del CDCR, las demandas de los huelguistas están siendo “revisadas y evaluadas a fondo”. Pero, añadió, “El hecho de que tantos reclusos de otras prisiones por todo el estado se han involucrado demuestra cómo las pandillas pueden tener influencia sobre otros reclusos, que es una de las razones por las que tenemos unidades de alojamiento de seguridad”.

El 23 de mayo, la Corte Suprema dictaminó que las condiciones en el sistema penitenciario de California constituyen un castigo cruel e inusual, una violación de la Constitución.

La Corte ordenó a California que redujera la población en las prisiones estatales por 46 mil en los próximos dos años. La Corte no dijo nada sobre modificar de las SHU.  
 
 
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