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Vol. 74/No. 42      8 de noviembre de 2010

 
Chile: patrones ignoran
seguridad en la mina
(especial)
 
POR ANGEL LARISCY  
Los últimos de los 33 mineros chilenos atrapados bajo tierra en la mina de oro y cobre de San José por más de dos meses lograron salir de la mina el 13 de octubre.

La mina, propiedad de la Compañía Minera San Esteban, emplea a 140 trabajadores y tiene un largo historial de violaciones a la seguridad. En 2007 el gobierno cerró la mina por una serie de muertes y lesiones. Pero una vez que subieron los precios del cobre y el oro, el gobierno permitió la reapertura de la mina.

Chile es el mayor productor mundial de cobre. En Chile, minas pequeñas y medianas, como la mina de San José, emplean a unos 10 mil trabajadores. Además de los mineros con mucha experiencia, también contratan a un gran número de personas con poco o ningún entrenamiento o experiencia minera previa.

Debido a que la mina San José, que tiene más de 125 años, era tan peligrosa, pagaban salarios más altos que en otras minas de la región.

Funcionarios chilenos y los medios de comunicación se han jactado del hecho que la operación de rescate logró proporcionar a los mineros un sistema de comunicación que permitió que los mineros vieran películas o partidos de fútbol y conversaran con sus seres queridos mientras esperaban ser rescatados. “Tenían el control de la mina”, dijo Jeffery Kravitz, de la Agencia de Salud y Seguridad en las Minas de Estados Unidos, inclusive “lugares para hacer ejercicio.”

Pero las condiciones que enfrentaron los mineros fueron duras. En el “refugio” de la compañía de 650 pies cuadrados, donde los mineros esperaron después del derrumbe solo había comida para tres días; no había ninguna fuente de energía o ventilación adecuada. Los mineros recurrieron a tomar agua de los radiadores del equipo de la mina. Cuando los encontraron 17 días después varios estaban malnutridos.

Después del rescate, un minero sufrió una neumonía aguda, y dos tuvieron que someterse a una operación oral mayor. Varios de ellos tuvieron infecciones de hongos en la piel por haber permanecido 70 días en la mina húmeda.

Manuel González, el primer rescatista que entró a la mina, comentó sobre las condiciones “inhumanas” que enfrentaban los mineros. “Había un 100 por ciento de humedad y alrededor de 40 grados allí”, dijo. González, quien trabaja en la Codelco, manejada por el gobierno y la mayor mina de cobre del mundo, dijo a los periodistas, “Nadie debería tener que trabajar así”.

En una conferencia de prensa siete de los mineros solicitaron beneficios del gobierno y capacitación laboral. También solicitaron que se respete su privacidad dado que los medios que han divulgado chismes sobre las vidas personales de algunos mineros.

La compañía San Esteban ha solicitado ser declarada en quiebra, dejando a más de 300 trabajadores sin empleo. Los mineros protestaron en una misa que tuvo lugar el 17 de octubre para celebrar el rescate, exigiendo indemnización y salarios atrasados. “No somos 33, somos 300”, decía un cartel.
 
 
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