Vol. 74/No. 42      8 de noviembre de 2010

Militante/Jonathan Silberman

Manifestación en Edimburgo, Escocia, el 23 de octubre contra plan de austeridad.

Los recortes anunciados por el ministro de hacienda George Osborne incluyen la extensión de la edad de jubilación a los 66 años, lo que sería puesto en práctica durante los próximos 10 años; el despido de 490 mil trabajadores públicos para el año 2015; la reducción a la mitad del programa de viviendas asequibles; y una reducción de casi el 30 por ciento en los fondos para los gobiernos locales, lo que afectará los servicios para el pueblo trabajador.

El Financial Times dijo que las propuestas representaban “los recortes al presupuesto más drásticos que se hayan dado en la historia”.

El primer ministro David Cameron y el vicepresidente Nicholas Clegg aparecieron en una reunión pública televisada el 21 de octubre para defender “lo justo” de los recortes, afirmando que los más afectados serían los más adinerados. Sin embargo, un editorial en el Times, un fiel vocero de los multimillonarios de la clase dominante, señaló que “pese a todas declaraciones sobre lo justo y los vulnerables, estos cambios pueden resultar muy penosos para los pobres”.

Osborne proyectó una disminución promedio del 19 por ciento en el gasto de los departamentos estatales, incluida una reducción del 16 por ciento de la financiación de la policía. Además, el ministro de defensa anunció el 19 de octubre el impresionante recorte del 8 por ciento del presupuesto militar.

Aunque los gastos de los servicios médicos están “protegidos” por ahora, en realidad están siendo recortados dado el aumento de la demanda. El presupuesto para las universidades y otra educación posterior, se recortarán en un 40 y un 25 por ciento respectivamente.

Uno de los objetivos del gobierno es disminuir el creciente déficit y así proteger su capacidad de obtener préstamos de los capitalistas adinerados dentro y fuera del país. Inmediatamente después que los recortes se dieran a conocer, Fitch, la agencia de calificación crediticia, reafirmó el estado prestatario de “triple-A” del Reino Unido.

En una de las acciones más grandes de esta ciudad en mucho tiempo, miles de todas partes de Escocia se manifestaron en Edinburgo el 23 de octubre para protestar los planes de austeridad.

Pese a la falta de resistencia organizada por parte de la clase obrera, los acaudalados gobernantes parecen estar nerviosos sobre del futuro. El Times dijo que los planes de Osborne “dependen de que la economía incremente su ritmo. El Sr. Osborne no ha amañado las cifras, pero vive, peligrosamente, en la esperanza”.  
 
 
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