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Vol. 74/No. 38      11 de octubre de 2010

 
Redadas del FBI son antiobreras
(editorial)
 
Las redadas que realizó el FBI de las residencias y oficinas de activistas contra la guerra y otros grupos en Minneapolis y Chicago se llevaron a cabo bajo el pretexto de combatir el “terrorismo”. No es casualidad que esto ocurre al mismo tiempo que la incesante campaña de los patrones y su gobierno para hacer que el pueblo trabajador pague por su crisis económica.

A medida que se profundice la crisis económica capitalista y esto genere resistencia obrera, quedará más claro que estos ataques contra las protecciones constitucionales —incluyendo el derecho a la libre expresión, la libertad de asociación y reunión y el derecho a estar libre de registros y allanamientos arbitrarios— están dirigidos contra los trabajadores y los agricultores por todo Estados Unidos.

La crisis no es el resultado de programas equivocados. Es la consecuencia inevitable del capitalismo en decadencia.

Los gobernantes acaudalados quieren que nos traguemos la mentira que existe un solo Estados Unidos y que todos compartimos los problemas. Que “nosotros” nos tenemos que apretar el cinturón; que “nosotros” necesitamos aranceles para competir con otras naciones y proteger “trabajos norteamericanos”; que “nosotros” estamos en guerra en Afganistán, Pakistán e Iraq. Pero nosotros somos parte de una clase obrera internacional que enfrenta el mismo enemigo: los gobernantes ricos de nuestros propios países y el orden mundial imperialista encabezado por Washington.

El movimiento obrero necesita luchar para fortalecer la unidad y solidaridad de nuestra clase, protegernos de los ataques contra nuestro nivel de vida, y ayudar a colocarnos en la posición más fuerte posible para transformar nuestros sindicatos en instrumentos de lucha capaces de arrancar concesiones, levantar la confianza de los trabajadores y ser una escuela de política y acción revolucionaria.

Los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores plantean demandas con las cuales nuestra clase puede avanzar en su lucha: seguro por desempleo completo mientras un trabajador esté desocupado; un programa federal masivo de obras públicas para dar trabajo a millones de personas, con salarios a escala sindical para construir hospitales, escuelas, vivienda y otra infraestructura necesaria; la legalización inmediata y sin restricciones de todos los trabajadores indocumentados para que los trabajadores, donde sea que hayan nacido, puedan estar en la mejor posición para luchar juntos.

Los trabajadores necesitan romper con los Demócratas y los Republicanos y forjar un partido obrero, basado en un movimiento sindical militante que sería parte del liderazgo de la lucha por estas demandas inmediatas y por la organización de los que no están organizados.

Por medio de este camino combativo revolucionario e internacionalista el pueblo trabajador podrá arrebatar el poder político de las manos de los explotadores capitalistas y así transformarse a si mismo y a toda la sociedad.
 
 
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