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Vol. 74/No. 26      12 de julio de 2010

 
Encuentro en Atlanta debate libro sobre
Malcolm X y el camino al poder obrero
(artículo especial)
 
POR JANICE LYNN  
ATLANTA—Unas 45 personas participaron en una discusión sobre el libro recién publicado por Pathfinder, Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero por Jack Barnes que tuvo lugar en la Biblioteca de Investigaciones sobre la Cultura e Historia Afroamericana de la Avenida Auburn.

Entre los oradores en el encuentro del 27 de mayo se encontraba Steve Clark, uno de los editores del libro y miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. También participó en el panel Sobukwe Shukura, locutor del programa radial "Perspectivas Revolucionarias Africanas", co-director de la Red Nacional sobre Cuba, y un dirigente del All-African People’s Revolutionary Party (Partido Revolucionario de Todos los Pueblos Africanos).

El evento se convirtió en un animado debate sobre las perspectivas panafricanistas y socialistas presentadas por Shukura y la política revolucionara proletaria defendida por Clark.

Morris Gardner, gerente de programas de la biblioteca, fue el moderador del evento. Francine Henderson, administradora de la biblioteca, dio inicio al evento describiendo el impacto de las ideas de Malcolm X en su vida. Felicitó a Pathfinder por mantener los discursos de Malcolm disponibles en forma impresa.

Clark dijo que hasta la fecha se han vendido 6 500 copias del nuevo libro en inglés y español, y que la traducción al francés acababa de ser imprimida.

Clark comenzó señalando una falsificación de los criterios de Malcolm que fue publicada la semana anterior en la revista New Yorker. El artículo presentaba a Malcolm como "el modelo mismo del profeta-político apocalíptico que predica de forma inequívoca la violencia y una doctrina de venganza milenaria", y a la vez "un reformador moral" y "universalista".

Malcolm X no era nada de lo antedicho, dijo Clark. Durante el último año de la vida de Malcolm, él surgió como el más destacado dirigente revolucionario internacionalista de la lucha por la liberación de los negros en Estados Unidos, así como de la clase obrera.

"Uno de los objetivos del libro", dijo Clark, "es alentar a los trabajadores y jóvenes a leer y estudiar lo que Malcolm X decía, en sus propias palabras", y no solo como un antídoto a las tergiversaciones de sus ideas, sino sobre todo como un ejemplo a emular en acción.

Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, sin embargo, no es otro libro "por Malcolm X, ni tampoco uno exclusivamente sobre Malcolm X", dijo Clark.

Refiriéndose a la introducción por Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores, Clark dijo que es un libro sobre la dictadura del capital y el camino a la dictadura del proletariado. Es un libro sobre las consecuencias devastadoras para el pueblo trabajador por todo el mundo del hecho de que el poder estatal en Estados Unidos se encuentra en manos de un puñado de familias acaudaladas quienes lo utilizan para defender las ganancias que sacan por ser dueños de la propiedad capitalista y por la explotación del trabajo.

Clark dijo que el libro ofrece un camino político para que la clase trabajadora avance ante "las fases iniciales de una crisis capitalista mundial de un carácter nunca antes visto por el pueblo trabajador desde las primeras décadas del siglo pasado". Señaló el creciente desempleo que agobia más a los trabajadores que son negros; la brutal aceleración de la producción que conduce a lesiones y muertes de trabajadores desde las minas del carbón de Virginia del Oeste hasta las plataformas petroleras de la Costa del Golfo; a las guerras imperialistas que se extienden y los ataques contra los derechos políticos que el pueblo trabajador necesita para organizarse para defender sus intereses de clase.

Al citar la introducción, Clark dijo que el libro trata del "último siglo y medio de la lucha de clases en Estados Unidos … y las pruebas irrebatibles que ofrece de que los trabajadores que son negros integrarán una parte desproporcionadamente importante de las filas y de la dirección del movimiento social de masas que harán una revolución proletaria". Y por qué el poder estatal establecido por esta revolución "proporciona al pueblo trabajador el arma más poderosa posible para librar la batalla en curso para acabar con la opresión de los negros y todas las formas de explotación y degradación humana”.

Como lo demostró con sus palabras y hechos durante el último año de su vida, Malcolm X convergió políticamente con estas conclusiones, dijo Clark, y con la trayectoria revolucionaria internacionalista dictada por estas. Malcolm explicó que había llegado a entender que el funcionamiento del capitalismo era la raíz del racismo y de otras formas de opresión y explotación, y buscaba unirse con otros para hacer una revolución para tomar el poder de las manos de los gobernantes racistas y guerreristas.

Clark citó el discurso de Malcolm en Barnard College en Nueva York tres días previos a su asesinato en febrero de 1965: "Es incorrecto clasificar la revuelta del negro como un simple conflicto racial de los negros contra los blancos o como un problema puramente americano. Más bien, lo que hoy contemplamos es una rebelión global de los oprimidos contra los opresores, de los explotados contra los explotadores".

Clark dijo que fue esta convicción —la necesidad, en las palabras de la introducción por Barnes, "para que los oprimidos y pueblo trabajador de todos los colores de piel, continentes y países, se unan en lucha revolucionaria"— la que diferenciaba a Malcolm X de los otros dirigentes de la lucha de los negros de su época, incluyendo a Martin Luther King.

"Malcolm apreció a King y otros que dedicaron sus vidas y energías a la lucha por los derechos de los negros", dijo Clark. "Estaba dispuesto a la acción conjunta para avanzar demandas comunes en la batalla por la liberación de los negros y por otros objetivos.

"Pero Malcolm no convergió políticamente con el pacifismo de King y su oposición a la autodefensa organizada contra la violencia racista. Ni con el apoyo de King al imperialista Partido Demócrata y a varios de sus políticos eminentes. Ni, por encima de todo, con la convicción de King de que el sistema capitalista racista podía ser reformado en vez de tener que ser derrocado".  
 
El 'panafricanismo revolucionario'
Sobukwe Shukura dijo que él tenía "una apreciación diferente sobre el libro". El autor, Jack Barnes, presenta una evaluación del rumbo político que Malcolm podría haber seguido "si hubiera vivido por más tiempo, no la posición en la que Malcolm se encontraba cuando falleció", dijo Shukura. El libro "minimiza deliberadamente" aspectos de la evolución de Malcolm X.

Al contrario de lo que el libro presenta, dijo Shukura, Malcolm X "estaba en la senda del panafricanismo". Y añadió, "Es inquietante que el libro descarta al panafricanismo como una idea vaga no digna de ser presentada al público". De hecho, dijo Shukura, fue el panafricanismo de Malcolm el que le ayudó a que se hiciera un internacionalista revolucionario. "Ya que el pueblo africano está extendido por todo el mundo", un panafricanista tiene que ser internacionalista.

Es necesario recordar con quien se reunió Malcolm durante sus viajes a Africa, dijo Shukura: “no con los líderes neocoloniales”, sino con los líderes panafricanistas como Kwame Nkrumah y Sékou Touré —los primeros presidentes de Ghana y de Guinea después de que ganaron su independencia— y con el presidente Gamal Abdel Nasser de Egipto. Tampoco debemos exagerar el lugar de Malcolm X en la lucha de los negros en Estados Unidos, dijo Shukura, ignorando a aquellos como Kwame Ture (Stokely Carmichael) y otros que surgieron del Comité Coordinador Estudiantil No Violento (SNCC) y otras corrientes.

Shukura dijo que si bien él mismo es socialista, aunque “no es un marxista-leninista”, y cree que la humanidad algún día “logrará alcanzar el comunismo”, él está en desacuerdo con la conclusión de Barnes de que Malcolm X iba “rumbo” al comunismo. “Nadie puede mostrar algún lugar en el que Malcolm haya dicho que él era un comunista,” dijo Shukura. “Y la mejor autoridad sobre Malcolm es Malcolm”.

Shukura concluyó diciendo que el énfasis del libro en “el papel de vanguardia de los negros en Estados Unidos también está equivocado”. Los negros se van a involucrar en las luchas de la clase trabajadora, dijo. Pero no van a “ser carne de cañón” para las luchas revolucionarias hasta que “la clase obrera europea en Estados Unidos” de un paso al frente en tales batallas.  
 
Camino hacia el poder obrero
En respuesta a la declaración de Shukura de que “en ningún lado Malcolm X había dicho que era un comunista”, Clark respondió durante el periodo de discusión que es falso decir que el dirigente del PST Jack Barnes había dicho o sugerido que Malcolm lo había hecho. Clark dijo que el libro explica que Malcolm durante el último año de su vida convergió políticamente con revolucionarios, incluidos los comunistas, en Cuba, Argelia y Estados Unidos, que se encontraban en un curso de lucha revolucionaria para derrocar a los opresores imperialistas y los explotadores capitalistas, en este país y en todo el mundo. (Vea los comentarios adicionales de Clark sobre esto y otras de las cuestiones en disputa en el artículo en la página siguiente).

Clark estuvo de acuerdo en que “para saber la posición de Malcolm, uno tiene que leer lo que él dijo una y otra vez”. Es por eso que Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero da tanta importancia a la lectura y el estudio de los discursos y entrevistas del último año de la vida de Malcolm.

Pero es falso decir que el libro especula sobre la trayectoria política de Malcolm X, dijo Clark. “No es un estudio académico, sino un libro práctico, un libro político sobre la necesidad de que el pueblo trabajador haga una revolución socialista. En Estados Unidos, Malcolm X fue el singular dirigente destacado con una audiencia de masas en la segunda mitad del siglo 20, que explicó la necesidad de la lucha revolucionaria en contra de lo que él llamaba los “sistemas de explotación” y la opresión en Estados Unidos y en todo el mundo, la necesidad de “una confrontación política … entre los sistemas económicos que existen en esta tierra”. Malcolm explicó que no se puede reformar al capitalismo, tiene que ser derrocado”.

Clark dijo que Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero “explica la necesidad y las oportunidades para construir un partido revolucionario de la clase obrera —un partido de trabajadores de todos los colores de piel, idiomas y nacionalidades— para luchar para arrancar el poder de manos de los gobernantes capitalistas”. Si no se hace eso, dijo, “no sólo continuarán la explotación, el racismo y otras formas de opresión, pero los promotores de las guerras imperialistas pueden devastar y devastarán a la humanidad y destruirán el mundo”.

Clark también señaló que es una distorsión sugerir que el libro se opone al derecho de los africano-americanos a organizar sus propias organizaciones políticas para avanzar en la lucha por su liberación. El libro recoge con detalle, dijo Clark, el apoyo del Partido Socialista de los Trabajadores a la Organización de la Unidad Afro-Americana, fundada por Malcolm, al partido Freedom Now Party a mediados de la década de 1960, al Partido Político Negro Independiente Nacional (NBIPP) en la década de 1980, y otros.

El PST explicó que tales iniciativas políticas no sólo marcaban un avance en la lucha por la liberación de los negros, sino también eran un ejemplo del camino hacia la acción política de la clase trabajadora, independiente y en oposición a los Demócratas, Republicanos y otros partidos de los gobernantes imperialistas.

Shukura subrayó que es “la clase trabajadora blanca” la que debe ser convencida a oponerse al racismo y que “la izquierda blanca” debe concentrarse en lograr ese objetivo en vez de tratar de organizar a los trabajadores negros. Los negros “seguirán organizando nuestras propias organizaciones hasta que haya una oportunidad para la lucha revolucionaria, cuando los trabajadores europeos alcancen cierto nivel de conciencia”, dijo Shukura.

Un miembro del público comentó sobre la respuesta de Shukura a los comentarios de Clark sobre las divergencias políticas entre Malcolm X y Martin Luther King. Shukura había señalado la necesidad de reconocer la propia evolución de King, como cuando llegó a oponerse a la guerra de Vietnam. El miembro de la audiencia dijo que la diferencia era que mientras que King se proclamaba en contra de la guerra, Malcolm había apoyado la victoria de la revolución vietnamita.

Clark respondió al comentario de otra persona del público que dijo que Malcolm X, como su padre, continuó siguiendo la política de Marcus Garvey, una figura de principios del siglo 20, que construyó una gran organización en Estados Unidos y el Caribe para promover un “movimiento de retorno a Africa”. Clark dijo que durante el último año de su vida Malcolm rechazó el llamado a regresar a Africa o la creación de un estado separado para los negros en Estados Unidos.

En respuesta a una pregunta directa sobre esto a principios de 1965, Malcolm dio una respuesta directa: “No, yo creo en una sociedad basada en la igualdad, en la que las personas pueden vivir como seres humanos”.

Clark agregó que Malcolm —a través de sus experiencias de colaboración con revolucionarios en Africa y en Estados Unidos que no eran negros— explicó en enero de 1965 que había dejado de usar el término “nacionalismo negro" para describir la trayectoria política por la que él abogaba.

Otros intercambios durante la discusión abordaron varias cuestiones:

¿Qué se puede hacer para abordar los efectos devastadores que tiene la crisis capitalista en los jóvenes que son negros?

¿Hay algo nuevo que podríamos descubrir de la próxima publicación de tres capítulos inéditos de La Autobiografía de Malcolm X, u otras cartas inéditas, escritos o discursos de Malcolm?

¿Qué se puede aprender para la actualidad de las lecciones de la Revolución Cubana, y de líderes revolucionarios como Thomas Sankara de Burkina Faso y Maurice Bishop de Granada?

¿Qué muestra el movimiento del “partido del te” sobre las perspectivas de superar las divisiones en la clase trabajadora en Estados Unidos basadas en el color de la piel y el origen nacional?
 
 
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