Vol. 74/No. 21      31 de mayo de 2010

Una crisis similar la semana anterior forzó al gobierno griego, encabezado por el Movimiento Socialista Panhelénico, a poner en práctica unos recortes profundos contra la clase trabajadora a cambio de 140 mil millones de dólares en préstamos de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para evitar un inminente incumplimiento en el pago de la deuda.

Con el temor de más incumplimientos gubernamentales, en particular de los gobiernos de España y Portugal, la UE y el FMI establecieron un fondo de 1 billón de dólares para préstamos de emergencia.

“Los temores intensifican que la crisis del euro pueda crecer como una bola de nieve”, pronunció el titular del New York Times del 16 de mayo, al observar que el fondo de rescate no está resolviendo la crisis. “Con muchos gobiernos crujiendo bajo el peso de los enormes déficits, la deuda de las naciones más débiles que usan el euro ha de ser reestructurada, lo cual va a bajar bruscamente el valor de sus bonos”, dijo el Times. Los bancos e instituciones financieras en Francia y Alemania cargan más de 200 mil millones de dólares en cada país de la deuda bancaria española.

Puesto que los bancos estadounidenses poseen una cantidad similar, la Reserva Federal ha renovado un programa para aportar créditos a corto plazo al Banco Central Europeo.

“La montaña de deudas que derribó algunos de los bancos más grandes del mundo y arrastró el sistema financiero internacional al borde del desastre, simplemente se ha desplazado a los gobiernos”, señaló Marketwatch en un artículo titulado “La segunda tormenta crediticia”. Puede que estos gobiernos “no sean más capaces de saldar sus deudas que los bancos y compañías de seguros que ellos habían salvado”.  
 
Medidas de austeridad en España
Con la duodécima más grande economía capitalista del mundo, España tenía una deuda pública de más del 50 por ciento de su producto interno bruto a finales de 2009, y las cifras suben rápidamente. Su déficit presupuestario ha llegado a un 11.2 por ciento del PIB.

El primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero anunció un recorte del 5 por ciento de los salarios de los trabajadores del sector público durante este año y una congelación de los mismos para el año entrante. Las pensiones se congelarán y se eliminará el pago a las familias de 3 170 dólares como “cheque-bebe” por cada recién nacido. Otros recortes públicos incluyen reducciones de los pagos para servicios de salud y los pagos a aquellos que estén cuidando a padres ancianos. Zapatero calificó esas medidas de “justas y justificadas”.

“Somos un gobierno socialista y por lo tanto recortar salarios y congelar pensiones es algo que hacemos solo porque no hay otro remedio”, dijo al Financial Times la ministra española de finanzas, Elena Salgados.

La tasa oficial de desempleo en España es de un 20 por ciento, la segunda más alta de la Unión Europea, solo por debajo de la de Letonia.

Como respuesta a las medidas de austeridad, dirigentes de la Unión General de Trabajadores y de las Comisiones Obreras, las dos federaciones sindicales más grandes de España, convocaron una huelga de trabajadores públicos para el 2 de junio.

Ninguno de los sindicatos exigen que todos los trabajadores se sumen a las protestas. Ignacio Fernández Toxo, dirigente de Comisiones Obreras, dijo a la prensa que se oponía a una huelga general que incluya al sector privado porque esto sería “lo último que necesita el país en un momento como éste”.

El Wall Street Journal notó que las medidas anunciadas “por sí mismas no hace nada para reducir la totalidad de la deuda que agobia las economías de la zona del euro. Al contrario, trasladan la carga de un lugar a otro, como si trasladar el riesgo fuera lo mismo que su disminución”.  
 
 
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