Vol. 74/No. 13      5 de abril de 2010

Apenas 10 días antes, mientras Obama se reunía con los organizadores de la manifestación y prometía su compromiso a realizar una “reforma”, policías de inmigración realizaron una redada de dos restaurantes y varios hogares de Maryland. Arrestaron a 28 trabajadores de Latinoamérica y de Bangladesh.

Ninguno de los llamados proyectos de reforma migratoria, ni la versión de Schumer-Graham, que Obama respalda, ni otras variantes, como la que promueve el congresista Luis Gutierrez, tienen como meta poner fin a estos abusos.

No es coincidencia que cuando la producción se contrajo agudamente con el desarrollo de la depresión capitalista y los patrones cortaban empleos, el gobierno aumentó la aplicación de las leyes de inmigración. Pero los patrones no tienen ninguna intención de deportar a la mayoría de los trabajadores inmigrantes. Más bien lo que quieren es aumentar la inseguridad y el miedo entre los inmigrantes para poder mantener una capa super explotada de la clase trabajadora y así aumentar sus decadentes tasas de ganancias. Quieren controlar de forma más estrecha el flujo de la fuerza laboral para satisfacer sus necesidades; y a la vez promover las divisiones entre los trabajadores inmigrantes y los nacidos en Estados Unidos.

Ahora el Congreso está considerando la aprobación de una tarjeta nacional de identidad. El verdadero blanco no son solo los inmigrantes sino todos los trabajadores en Estados Unidos. Una tarjeta de identificación le permitiría a los patrones y a la policía identificar a los trabajadores que se rehúsen a aceptar la intensificación de la producción y las condiciones de trabajo peligrosas, a los militantes sindicalistas, a luchadores contra los ataques racistas y a otros activistas políticos, así como a los inmigrantes sin documentos. Es otro paso de los gobernantes capitalistas y de su gobierno para prepararse contra la resistencia que sus recortes salariales, cesantías, planes de austeridad, brutalidad policíaca y discriminación racial generarán.

La propuesta Schumer-Graham aumentaría la militarización de la frontera entre Estados Unidos y México y tacharía a los trabajadores inmigrantes de “criminales” que tienen que “admitir que han violado la ley”.

Los trabajadores inmigrantes se rehúsan a rendirse o a encogerse de miedo. Las más de 100 mil personas que se manifestaron en Washington —incluyendo a contingentes sindicales y un número significativo de trabajadores negros— muestra que los esfuerzos para dividir a la clase trabajadora serán enfrentados por la solidaridad de esta clase.

No, el sistema no necesita “reparación”; necesita ser desmantelado completamente. Necesitamos actuar en base a la convicción de que un golpe contra uno es un golpe contra todos. ¡Legalización para todos los inmigrantes ya! ¡Alto inmediato a las deportaciones y a las redadas y auditorías de inmigración en las fábricas! No a la tarjeta nacional de identidad. Estas son demandas que pueden unir al pueblo trabajador y ayudar a construir un movimiento suficientemente fuerte para sacar a los capitalistas del poder para que podamos reorganizar la sociedad en base al reconocimiento del valor de cada ser humano, sin importar su, raza, origen nacional, género o color de la piel.
 
 
Artículos relacionados:
¡Alto a las redadas y las deportaciones!
Más de 100 mil marchan en Washington
Venden libro sobre poder obrero en protestas
Campaña para vender 'Poder Obrero' con suscripciones  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto