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Vol. 74/No. 12      29 de marzo de 2010

 
Afganistán: EE.UU.
reorganiza commandos
(portada)
 
POR DOUG NELSON  
16 de marzo—El general estadounidense Stanley McChrystal, comandante principal en Afganistán, ha puesto a la mayoría de las fuerzas especiales norteamericanas bajo su control directo, informó ayer el New York Times. La medida se implementó después de que varias operaciones en Afganistán que produjeron bajas civiles recibieron amplia publicidad, lo que hace más difícil que Washington se gane los “corazones y mentes” de los afganos y que se fortalezca el apoyo al gobierno en Kabul que cuenta con el respaldo de Washington.

Durante la última década Washington ha elevado el papel de sus fuerzas de operaciones especiales, personal entrenado como cazadores/asesinos, para perseguir sus guerras en Iraq y Afganistán, y en anticipación de otras campañas de “contrainsurgencia” necesarias para proteger los intereses imperialistas de Washington. La selección de McChrystal como comandante de las fuerzas de Washington en Afganistán fue parte de esta trayectoria. El se especializa en comandar “operaciones negras” —misiones clandestinas tales como secuestros y asesinatos— y había dirigido el Comando Conjunto de Operaciones Especiales en Iraq y Afganistán.

Pero la mayor dependencia en estos soldados paramilitares —quienes en las mentes de muchos son los responsables de una gran proporción de las muertes civiles— ha debilitado los esfuerzos para mejorar la percepción que tienen los afganos de las fuerzas dirigidas por Washington, inclusive como protectores contra la brutalidad de los talibanes.

El 12 de febrero un grupo dirigido por fuerzas especiales norteamericanas que también incluía policías afganos mató a cinco civiles en una casa durante una redada en la Provincia de Paktia, según informes del New York Times y el Times de Londres.

Veinticinco invitados y tres músicos se habían reunido en la casa durante la noche para una celebración. Uno de los individuos, que resultó ser un jefe de la policía local, y su hijo de quince años fueron balaceados cuando salió de la casa para investigar lo que él pensaba eran talibanes. Su hermano, un procurador de distrito, fue matado a balazos cuando intentaba argumentar la inocencia de la familia. Tres mujeres, dos de ellas embarazadas, también fueron balaceadas por las fuerzas especiales estadounidenses.

Nueve días después, por lo menos 27 civiles, incluyendo mujeres y niños, fueron matados y 12 heridos cuando soldados de las fuerzas especiales solicitaron el bombardeo de un autobuses, el cual resultó llevaba trabajadores que iban desde Afganistán central hacia Kandahar a buscar trabajo.

Recientemente McChrystal promulgó reglas de combate más estrictas, que incluyen restricciones en las redadas nocturnas, los bombardeos y otras operaciones para disminuir las muertes que puedan ser atribuidas a las fuerzas de la coalición.  
 
 
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