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Vol. 74/No. 8      1 de marzo de 2010

 
Washington dirige gran
ofensiva en Afganistán
(portada)
 
POR DOUG NELSON  
16 de febrero—Al entrar en su cuarto día, la ofensiva encabezada por Estados Unidos en Marjah, Afganistán, continúa avanzando, aunque lentamente. El mayor problema de Washington hasta ahora parece ser la muerte de civiles a manos de las fuerzas de Estados Unidos, algo que Washington busca reducir al mínimo, como parte de su estrategia para debilitar la influencia de los talibanes en la región.

La fuerza de 15 mil soldados que participa en la Operación Moshtarak (Juntos) es una de las más grandes ofensivas desde la invasión imperialista de Afganistán en 2001. Aproximadamente cinco brigadas afganas integran más de la mitad de la fuerza. El ejército de Estados Unidos cuenta con cinco batallones y un regimiento de reconocimiento; el ejército británico tiene fuerzas similares. Además, cuenta con un número menor de soldados de la OTAN de Dinamarca, Estonia, y Canadá.

Mientras que los talibanes afirman tener unos 2 mil combatientes en Marjah, la mayoría de los estimados calculan que son varios cientos. Hasta unos 100 talibanes, entre ellos muchos comandantes, han huido de la zona, dijeron oficiales militares al New York Times. Resistencia esporádica y un gran número de bombas callejeras, aunque no han producido muchas bajas, están frenando el avance dirigido por Washington.

Al menos 27 combatientes talibanes han muerto en la ofensiva, reportaron las autoridades afganas a la prensa. Del otro lado, se han reportado tres muertos: un estadounidense, un británico y un afgano.

A pesar de nuevas reglas estrictas de enfrentamiento, diseñadas para minimizar las bajas civiles, las fuerzas bajo el mando norteamericano han matado a por lo menos 15 civiles en cuatro incidentes separados .

Marjah es una ciudad agrícola importante de 80 mil habitantes. Es el último centro importante en poder de los talibanes en la provincia de Helmand.

El cultivo principal de Marjah es la amapola para producir opio. Como tal, ha sido una base importante de operaciones y recurso financiero de los talibanes, que han controlado la zona durante más de dos años.

Según el Wall Street Journal, información lograda tras la captura en febrero del “gobernador de la ciudad en las sombras”, del Taliban, ayudó mucho a los preparativos de la ofensiva imperialista.

Un grupo de personas —un “gobierno en una caja”, como lo acuñó un comandante de la OTAN— han sido agrupadas por Washington, sus aliados y el gobierno afgano. Están listos para sustituir la estructura de poder del Talibán, cuando las condiciones lo permitan.

Tomar y controlar la ciudad es la primera fase. Washington y sus aliados luego tienen previsto desplegar un gobierno local que les sea leal. Ellos pretenden, con una fuerte presencia militar y policíaca, así como con incentivos económicos, convencer a la población local que le irá mejor, en el corto y largo plazo, cooperando con el gobierno afgano respaldado por Estados Unidos en vez de que con un talibán debilitado.  
 
 
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