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Vol. 73/No. 40      19 de octubre de 2009

 
Desastres naturales del capitalismo
(editorial)
 
La devastación que resultó de los terremotos que mataron y mutilaron a miles de personas en Indonesia y los maremotos que mataron a centenares de personas en las islas de Samoa y Tonga en el Océano Pacífico —así como las recientes inundaciones en India y las Filipinas, que desplazaron a millones de personas —son desastres sociales, no solo desastres naturales.

Los terremotos son actos de la naturaleza, pero los efectos devastadores que tienen sobre los trabajadores no lo son. Son los resultados del capitalismo y el imperialismo los que están detrás de la gravedad de estas catástrofes sociales, las cuales se han visto magnificadas por la crisis económica mundial del capitalismo.

El saqueo de los recursos naturales y la explotación de la mano de obra de los países semicoloniales por los magnates capitalistas en Washington, París, Londres, Tokio, y en otros lugares está directamente conectado al hecho de que millones no tengan acceso a la electricidad, los teléfonos, carreteras pavimentadas, viviendas resistentes en lugar de chozas de hojalata, saneamiento público, atención médica y nutrición adecuada.

Apenas un día después de que golpeara el maremoto, la compañía Chicken of the Sea cerró sus operaciones en Samoa Americana. Hizo esto, en vez de aumentar los salarios paupérrimos de los 2 100 trabajadores de la fábrica de conservas de atún para que alcanzaran el nivel del salario mínimo establecido por el gobierno federal. Esta es la respuesta de los patrones a su crisis.

En Indonesia se prestó poca ayuda en los días inmediatamente después del terremoto para auxiliar en el rescate de miles de personas atrapadas bajo edificios derrumbados o deslizamientos de tierra. En vez de conseguir el equipo pesado necesario, los trabajadores voluntarios tuvieron que valerse de sí mismos, cavando en los montones de escombros con sus propias manos, tratando de salvar las vidas que podían.

Washington anunció que iba a enviar 300 mil dólares, una simple limosna. Prometieron otros 3 millones de dólares para una posible fecha posterior “una vez que se haya hecho una evaluación” de la situación. La ayuda de Washington a las fuerzas armadas de Indonesia fue más fácil de organizar. Durante el año próximo, el Pentágono tiene proyectado incrementarla por 10 millones de dólares.

Se debe proporcionar ayuda masiva a todos estos países, sin condiciones, y su deuda externa debe ser anulada de inmediato.
 
 
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