El Militante (logo)  

Vol. 73/No. 35      14 de septiembre de 2009

 
General EE.UU. hace
plan de guerra afgana
Enviarán miles de tropas adicionales
(artículo principal)
 
POR SETH GALINSKY  
Una evaluación de la estrategia utilizada por las fuerzas armadas estadounidenses en la guerra en Afganistán prepara el camino para el envío de más tropas. Washington ha estado aumentando el número de tropas en Afganistán desde que el presidente Barack Obama tomó posesión de su puesto en enero.

El general Stanley McChrystal, comandante de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, entregó el informe el 31 de agosto. Dijo que la situación era “grave, pero el éxito es alcanzable”. Aunque el informe de McChrystal no será divulgado al público, oficiales militares describieron su contenido a ciertos medios noticieros.

El reporte aboga por un cambio de estrategia estadounidense a una que enfatice la importancia de mantener y asegurar las áreas capturadas que estaban bajo control del Talibán. La estrategia es una versión de la que se aplicó en Iraq, la cual requirió una “escalada” de 30 mil tropas adicionales. También busca una mayor expansión del ejército y de la policía afgana. Actualmente hay unos 134 mil policías y 82 mil soldados afganos.

El número de tropas estadounidenses en Afganistán ha subido constantemente de 38 mil al inicio del año a 62 mil actualmente. Al final de diciembre habrá 68 mil, incluyendo 4 mil enviadas para entrenar las fuerzas afganas. También están estacionadas en el país unas 34 mil tropas de la OTAN, principalmente del Reino Unido, Canadá, Francia y Alemania.  
 
‘Eliminar, mantener y construir’
Preocupados por su incapacidad de derrotar a los grupos talibanes, las fuerzas armadas estadounidenses han empezado a ajustar como conducen la guerra. Están reposicionando tropas del campo hacia áreas más pobladas, como Kandahar, la ciudad más grande en el sur de Afganistán, como parte de una estrategia de “eliminar, mantener, y construir”.

Afganistán, con más de 33 millones de personas en un área aproximadamente el tamaño de Texas, es una de las regiones más subdesarrolladas del mundo. Ocupa el cuarto lugar entre los países con el mayor índice de natalidad en el mundo y el tercero con la tasa de mortalidad infantil más alta. Mientras el uso de teléfonos celulares subió drásticamente de cero en 2001 a 9.5 millones hoy, la industria y la agricultura, con la excepción del cultivo de amapolas de opio, están en la ruina.

El 26 de agosto McChrystal emitió una “Orientación de contrainsurgencia” para las tropas norteamericanas y de la OTAN en Afganistán para ganar la guerra “persuadiendo a la población”. McChrystal se refiere a la ocupación de Afganistán por el imperialismo estadounidense eufemísticamente como “casi ocho años de presencia internacional”.

Grupos de talibanes, dice McChrystal, “influyen a la población tanto por intimidación como por atracción”. Las fuerzas dirigidas por Washington necesitan cambiar “nuestros preconceptos” dice la orden de McChrystal.

Las indicaciones instan a los soldados estadounidenses a que “abracen al pueblo” y “construyan capacidad de gobernación”. Animan a las fuerzas estadounidenses a que entreguen los funcionarios “corruptos” al gobierno afgano para que puedan ser remplazados por dirigentes “honestos, y muy trabajadores”.  
 
La guerra se intensifica
Las fuerzas armadas estadounidenses han enviado más aviones de espionaje a Afganistán y han transferido otros desde Iraq, aumentando la cantidad total. En julio de 2008, el 75 por ciento de los aviones de espionaje de Estados Unidos, incluso los aviones teledirigidos, operaban en Iraq y el 25 por ciento en Afganistán. Para agosto de este año, el 66 por ciento estaba en Afganistán y el 33 por ciento en Iraq.

La crecida actividad militar estadounidense ha significado más bajas. Dos ataques dinamiteros el 31 de agosto subieron el número de tropas estadounidenses muertas en el mes a 47, la cifra de muertes estadounidenses más alta en un mes desde que Washington invadió el país en 2001.

Según la Organización de Naciones Unidas 1 013 civiles fueron muertos en la primera mitad de 2009, un aumento del 24 por ciento desde el año pasado y casi el doble de la cifra de 2007. La ONU culpó a los grupos de talibanes por el 60 por ciento de los muertos y a las fuerzas de la coalición dirigidas por Washington por aproximadamente el 30 por ciento.

Los bombardeos indiscriminados por fuerzas estadounidenses han causado ira en Afganistán, incluso entre los oponentes de los talibanes. McChrystal ordenó el 2 de julio a los comandantes estadounidenses y de la OTAN a que limiten los ataques de artillería y bombardeos aéreos para evitar bajas civiles. Como resultado de la nueva política, Washington dice que hubo 19 civiles muertos por las acciones de la coalición entre julio y agosto, una reducción de los 151 muertos en el mismo período el año pasado.  
 
Liberales se sienten traicionados
La escalada de la guerra imperialista en Afganistán ha dejado a unos grupos liberales que se oponen a la guerra sintiéndose traicionados por la administración Obama. Unidos por la Paz y la Justicia, la cual celebró la elección de Obama, ahora está convocando protestas locales y actividades educativas contra la guerra en octubre.

Cindy Sheehan, la madre de un soldado estadounidense que murió en Iraq, dirigió protestas contra la guerra durante la administración de George W. Bush. En una conferencia de prensa el 27 de agosto en Martha’s Vineyard, donde Obama se encuentra de vacaciones, Sheehan dijo, “Aunque se haya cambiado la fachada en Washington, DC, las políticas siguen siendo las mismas”.

El conservador George Will escribió en una columna el 1 de septiembre que se debería de reducir la cantidad de fuerzas estadounidenses dado que el número de tropas y el tiempo necesario para una contrainsurgencia que pueda ganar es “inconcebible”.

“En su lugar” dijo, “Estados Unidos sólo debe de hacer lo que se pueda realizar desde frente a las costas, utilizando espionaje, aviones teledirigidos, misiles cruceros, bombardeos aéreos y pequeñas y poderosas unidades de las Fuerzas Especiales, concentrándose en la frontera porosa de 1 500 millas de largo con Pakistán, una nación que realmente cuenta”.

Sin embargo, William Kristol, director del conservador Weekly Standard, escribió el 31 de agosto que “una mayoría de los conservadores no sólo apoyan la guerra sino que dicen que están a favor de cómo el presidente Obama está bregando con ella”.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto