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Vol. 73/No. 34      7 de septiembre de 2009

 
Cuba, Africa y la lucha de
los chinos en Australia
Presentan libro sobre Revolución Cubana
(especial)
 
POR LINDA HARRIS
Y RON POULSEN
 
SIDNEY, Australia—“La importancia de esta obra recae en que trata sobre el ejemplo viviente de la Revolución Cubana, el curso que ha seguido y su internacionalismo proletario que es único en el mundo actual”, dijo Mary-Alice Waters en un seminario en la Universidad de Sydney el 27 de julio. La reunión se trataba sobre el libro Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, publicado por la editorial Pathfinder.

Waters, quien editó el libro, visitó Australia después de participar en la conferencia internacional “Dragones en ascenso, Bananas en vuelo”, sobre la diáspora china, que se llevó a cabo en Nueva Zelanda del 17 al 19 de julio (Vea artículo en el número del 10 de agosto de 2009 del Militante). La Red de Investigación de Estudios Transnacionales y Transculturales, y la Red de Estudios Latinoamericanos organizaron el seminario al cual asistieron 26 personas, entre ellas estudiantes, académicos, activistas en solidaridad con Cuba y los cónsules cubanos en Australia.

Adrian Hearn, un investigador de la Universidad de Sydney que estudia las relaciones de China con Latinoamérica, compartió la plataforma con Waters y le planteó algunas preguntas, dándole así al seminario un formato de tertulia. Hearn utilizó sus propias investigaciones sobre Cuba para ampliar sobre algunos puntos importantes. “Esta obra trata de tres ciudadanos comunes y corrientes de Cuba que son de ascendencia china. ¿Qué es lo que hace que la gente este tan interesada en su historia?”, preguntó Hearn.

“La amplitud del interés, especialmente entre aquellos que apenas empiezan a conocer sobre la Revolución Cubana”, respondió Waters, “tiene que ver con lo que está sucediendo en el mundo hoy en día”. Señaló las olas históricas de inmigración a los países imperialistas de los últimos 20 años y las luchas por los derechos de los inmigrantes que han tenido lugar, como las marchas del Primero de Mayo de millones de personas hace dos años en Estados Unidos para exigir la legalización de los inmigrantes. “A medida que se llevan a cabo estas luchas en medio de una contracción económica mundial y de conflictos de clase que se agudizan, las personas comienzan a buscar su propia historia”, dijo Waters. “Quieren aprender sobre las generaciones que los antecedieron y sobre las luchas que vivieron”.

Waters también habló en un foro del Militant Labor Forum el 26 de julio, titulado “Cuba y áfrica” junto con Tom Baumann, miembro de la Juventud Socialista. Baumann también es el candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente del distrito de Manhattan en las elecciones locales de noviembre.

Baumann habló sobre la importancia de apoyar la campaña internacional para lograr la libertad de los cinco revolucionarios cubanos que han estado encarcelados injustamente en Estados Unidos durante casi 11 años. Ramón Labañino, René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González, conocidos internacionalmente como los Cinco Cubanos, fueron arrestados en 1998 y condenados en un juicio amañado en 2001 con una serie de cargos falsos, entre ellos el cargo de “conspiración para cometer espionaje”.

Baumann notó que tres de los Cinco habían participado en misiones internacionalistas de Cuba, entre 1975 y 1991, para ayudar al pueblo angolano a derrotar las invasiones del régimen sudafricano del apartheid. “Su caso es un ejemplo más de que la política del gobierno norteamericano, consistente con la de más de 10 administraciones anteriores, es de castigar al pueblo de Cuba por hacer y defender una revolución socialista”, dijo Baumann.

Waters comenzó sus comentarios hablando sobre lo que está sucediendo en el mundo hoy, ya que “Este es el único marco con el cuál podemos entender los cambios en áfrica y la importancia internacional de la Revolución Cubana”.

Waters comentó sobre los grandes cambios desde su primera visita a Nueva Zelanda y Australia en 1979. En ese entonces, dijo, los dos países imperialistas me parecían como “puestos de avanzada europeos en tierras robadas. Ahora me siento como que estoy en Asia”.

Es importante, dijo, responder a la representación general de áfrica en los países imperialistas como un continente de solo “miseria, pobreza, y violencia humana.”

A partir de sus experiencias y observaciones de dos viajes de reportaje a Guinea Ecuatorial, Waters describió cómo el descubrimiento del petróleo y la construcción de carreteras y otras obras de infraestructura necesarias para extraerlo eficientemente están influyendo la evolución de las relaciones de clase en este país de manera importante. Por encima de todo, señaló, junto con el desarrollo de una clase capitalista se puede ver que comienza a emerger una clase trabajadora, procedente de todo el mundo.

“Se obtiene una educación básica en materialismo histórico”, dijo. “Las páginas del Manifiesto Comunista cobran vida. Esto es lo que Marx y Engels describieron. Cómo la expansión del capitalismo a todos los rincones da lugar a la clase obrera moderna”. Al mismo tiempo, explicó, el ejemplo de la ayuda internacionalista de Cuba señala un futuro diferente.

La hora de discusión que siguió ayudó a traer el mundo a la reunión, ya que unos participantes que habían emigrado a Australia desde China y Corea, Guatemala y El Salvador, Sudán y Somalia participaron en el dialogo.

Una persona quiso saber qué pensaban los oradores acerca del “socialismo del siglo 21”, un término utilizado por Hugo Chávez, presidente de Venezuela, entre otros. Baumann y Waters explicaron que muchos de los que usan la frase contraponen el curso de la lucha de clases en Venezuela a la Revolución Cubana. “Ellos piensan que han encontrado un camino mejor—cómo hacer una revolución al mismo tiempo que la clase capitalista sigue en su lugar con su poder económico y militar sin interrupción”, dijo Waters. La crisis capitalista mundial que apenas se ha iniciado, con las devastadoras consecuencias que tendrá, mostrará una vez más que “no hay tercera vía para los trabajadores de Venezuela, América Latina, y el mundo”, agregó.”

En respuesta a una pregunta sobre las relaciones entre Guinea Ecuatorial y China, Waters comentó sobre las extensas relaciones comerciales que existen entre los dos países, y los préstamos de China para el desarrollo de Guinea Ecuatorial. Empresas de construcción chinas utilizan casi exclusivamente trabajadores traídos de China, en lugar de contratar obreros de Guinea Ecuatorial, y el desarrollo de prejuicios anti chinos ya es evidente, dijo.

Waters explicó que algunos médicos chinos trabajan en el hospital de Bata, la capital continental, pero no proporcionan servicios médicos en todo el país, como hacen los voluntarios cubanos. La mayoría de los que llamados “médicos chinos” en Guinea Ecuatorial, son en realidad empresarios chinos que han abierto farmacias que ellos llaman clínicas.

Waters agregó que uno de los problemas que enfrentan los médicos cubanos es el miedo de ir a un hospital de muchos guineanos. Prefieren ir a sus curanderos tradicionales. Cuando llegan a un hospital a veces es demasiado tarde para salvar sus vidas. Esto subrayaba la importancia de los 122 médicos de Guinea Ecuatorial que ya se han graduado de la Escuela de Medicina operada por personal médico cubano en Bata, dijo Waters.
 
 
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