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Vol. 73/No. 34      7 de septiembre de 2009

 
Socialistas instan participar
en defensa de clínica de aborto
(portada)
 
La siguiente declaración fue emitida el 26 de agosto por los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores en el estado de Iowa—David Rosenfeld, para representante general en el consejo de la ciudad de Des Moines, y Rebecca Williamson, para el consejo de la ciudad de Des Moines por el Distrito 1.

Nos sumamos a los trabajadores, jóvenes y otros que se han movilizado en Belleveu, Nebraska, para defender el derecho de la mujer a elegir un aborto. Saludamos a nuestros compañeros de lucha por los derechos de la mujer e instamos a todos a que continúen movilizándose a favor de esta lucha.

Las actividades del 28 y 29 de agosto para defender la clínica del doctor LeRoy Carhart son una respuesta crucial, necesaria para contrarrestar los ataques de los que se oponen a los derechos de la mujer. A medida que crece la crisis del capitalismo a nivel mundial, la polarización sobre cuestiones como los derechos de la mujer, y en particular el derecho de la mujer a controlar su propio cuerpo, se vuelve más aguda. El reciente asesinato del médico proveedor de abortos George Tiller y otros ataques de los oponentes de los derechos de la mujer con el fin de restringir el derecho a elegir un aborto, ilustran la necesidad de reconstruir un movimiento para defender y extender los derechos al aborto.

Los combatientes por los derechos de la mujer deben buscar apoyo amplio. Las fuerzas derechistas como Operación Rescate representan una amenaza a los logros de los negros y otras nacionalidades oprimidas, y los de los inmigrantes y sindicalistas.

En el mejor de los casos, los políticos capitalistas en los partidos Demócratas y Republicanos simplemente han dejado pasar la muerte del doctor Tiller y otros ataques derechistas con poca o ninguna objeción. El presidente Barack Obama emitió una declaración de dos frases en respuesta al asesinato, clasificando al aborto como “un tema difícil”. Apenas dos semanas antes, Obama había hecho un llamado a encontrar un “terreno común” con los que se oponen al derecho de la mujer a elegir un aborto. “Trabajemos juntos para reducir la cantidad de mujeres que buscan un aborto”, dijo. Estas declaraciones solo sirven para envalentonar a las fuerzas derechistas.

Los llamados “amigos de la mujer” en los partidos políticos capitalistas no ofrecen ninguna salida a la opresión sistemática de la mujer, producto del capitalismo.

La perspectiva de depender de los políticos capitalistas, Demócratas y Republicanos, ha debilitado la defensa del derecho al aborto y ha desorientado a los luchadores por los derechos de la mujer. La cantidad de hospitales que ofrecen servicios de aborto ha caído a más de la mitad desde 1980; de casi 1 500 que había en ese año a 600 en 2004. Para el 2005, en alrededor del 87 por ciento de los condados de Estados Unidos no había un médico que practique abortos, y en el caso de los condados no metropolitanos en el 97 por ciento. En la actualidad, treinta y cinco estados requieren consentimiento o notificación de los padres para menores de edad que busquen un aborto, mientras que 24 estados requieren periodos de espera. En la mayoría de los estados, los programas de Medicaid no cubren los abortos, los cuales en 2008 costaban un promedio de 523 dólares.

Los avances que han logrado los que se oponen al derecho al aborto demuestran que es necesario que redoblemos nuestros esfuerzos para asegurar que las mujeres puedan ejercer su derecho a elegir si quieren tener hijos y cuando. Tener este derecho es precondición para la igualdad y la liberación. Sin el derecho a controlar su propio cuerpo, la mujer no puede ejercitar control de su vida o participar como igual en la arena social o política, como la lucha por la igualdad en empleos y educación, y por los derechos sindicales.

Uno de los factores principales en la victoria de Roe v. Wade en 1973 fue el surgimiento de un movimiento intransigente por la liberación de la mujer, impulsado por la lucha por los derechos de los negros y la lucha contra la guerra en Vietnam. Un movimiento que se rehusó subordinar la lucha por el aborto legal a las aspiraciones electorales de los políticos capitalistas.

Mientras exista el sistema capitalista las relaciones sociales capitalistas mantendrán el estatus subordinado de la mujer en la sociedad para aumentar las ganancias y debilitar a la clase trabajadora. La única forma de abrir el camino para poner fin a la opresión de la mujer es tomando el poder de manos del puñado de familias multimillonarias que gobiernan este país y reorganizar a la sociedad en base a los intereses de la mayoría explotada, bajo el mando del pueblo trabajador.

En la línea de marcha de la clase trabajadora hacia el poder político, los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores presentan las siguientes demandas inmediatas para unir al pueblo trabajador y fortalecer nuestra capacidad de lucha: ¡Defender y extender la acción afirmativa para las mujeres y las nacionalidades oprimidas! ¡Mantener el aborto legal y seguro!
 
 
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