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Vol. 73/No. 26      13 de julio de 2009

 
En caso de bomberos, corte
ataca la acción afirmativa
(portada)
 
POR CINDY JAQUITH  
En una decisión que debilita el movimiento obrero, la Corte Suprema, por 5 votos contra 4, falló el 29 de junio a favor de 17 bomberos blancos y un latino que alegaban ser víctimas de discriminación racial por la ciudad de Nueva Haven, Connecticut.

La ciudad había dado un examen en 2003 para promociones a los cargos de teniente y capitán. Las calificaciones de los bomberos afroamericanos y latinos fueron aproximadamente la mitad de las de los bomberos blancos. Ni un solo bombero negro y solo dos latinos resultaron aptos para una promoción inmediata de acuerdo a los resultados del examen, mientras que 17 blancos obtuvieron los resultados necesarios.

Los funcionarios de New Haven desecharon los resultados del examen y decidieron no promover a nadie, a fin de cumplir con el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Según esa ley, los exámenes que “afectan de forma dispar” a un determinado grupo pueden ser discriminatorios. Los 18 bomberos entablaron una demanda contra la ciudad pero perdieron, y apelaron a la Corte Suprema.

A nombre de la mayoría de la corte, el juez Anthony Kennedy afirmó, “La ciudad rechazó los resultados del examen únicamente porque los candidatos con resultados más elevados eran blancos”. La opinión de Kennedy hizo caso omiso de la historia de discriminación racial en el departamento de bomberos de Nueva Haven.

La juez Ruth Ginsburg escribió la posición minoritaria a favor de la decisión de la ciudad. Los bomberos blancos que obtuvieron resultados más altos “no tenían ningún derecho garantizado a ser promovidos”, argumentó. “Tampoco otras personas han recibido promociones aventajándose a ellos”. El aceptar los resultados del examen promocional, escribió, solo reforzaría las prácticas discriminatorias que persisten en el departamento.

En un expediente amicus (amigo de la corte) que presentó el Fondo para la Defensa Legal y la Educación de la NAACP, una organización pro derechos civiles, detalló la segregación histórica de los departamentos de bomberos en Estados Unidos. Muchos departamentos no contrataron a afro-negros hasta los años 50 o 60, y los que sí lo hicieron mantenían edificios distintos para los bomberos negros y blancos. Chicago, por ejemplo, tuvo dos compañías de bomberos distintas hasta 1965. Las estaciones de bomberos en Washington fueron integradas racialmente en los 60, pero durante una década más, los bomberos negros tuvieron que dormir en camas “C” y comer de platos “C” con cubiertos “C”. La letra C significaba Colored (de color).

La población de Nueva Haven hoy es 24 por ciento latina, 36 por ciento negra y 44 por ciento blanca. Sin embargo, el departamento de bomberos es 15 por ciento latino, 28 por ciento negro y 57 por ciento blanco. Solo el 18 por ciento de los oficiales son negros o latinos. Solo uno de los 21 capitanes es negro.

En 2007, de los 288 mil bomberos en Estados Unidos, 247 mil eran blancos, de los cuales 235 mil eran hombres. Según los New Haven Firebirds, una hermandad de bomberos negros, solo 11 de los bomberos en la ciudad son mujeres.

El Departamento de Justicia de la administración Obama presentó un expediente amicus que argumentó que la ciudad de Nueva Haven tenía derecho a no aceptar los resultados del examen. Pero el expediente alegó que la ciudad podría estar abusando el Título VII como “pretexto para la discriminación racial intencional”.
 
 
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