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Vol. 73/No. 23      22 de junio de 2009

 
Cómo se derrotó intento de cerrar
clínicas de aborto
Contramovilizaciones por todo EE.UU. frenaron
a ultraderechistas en años 90
(especial)
 
POR SETH GALINSKY  
A principios de julio de 1991 el consejo municipal de Wichita, Kansas, revocó por un voto de 4 a 3 una ley municipal que prohibía el uso de fondos de la ciudad para ofrecer “asesoramiento” sobre el aborto, obligaba a los médicos a notificar a los padres cuando una menor de edad buscaba un aborto y declaraba que en jurídicamente “la vida comienza al momento de la concepción”.

El alcalde y Operación Rescate, un grupo opuesto al derecho al aborto fundado en 1987 por Randall Terry, habían respaldado la ley. Operación Rescate alegaba que quería “rescatar” a “niños cuya muerte se ha programado” en clínicas que realizan abortos. Sus dirigentes argumentaban demagógicamente que si las mujeres regresaban a su papel “tradicional” habría menos desempleo, abuso infantil y drogadicción.

Ante la revocación de la ley, Operación Rescate lanzó una ofensiva contra la clínica de servicios médicos para la mujer del doctor George Tiller y otras dos clínicas de abortos. La ofensiva, denominada “Verano de Misericordia”, iba a durar seis días. Los dirigentes del grupo dijeron que no se podía depender exclusivamente del “proceso político” para acabar con el aborto; hacía falta tomar “acción”.  
 
1991: derechistas cierran clínicas
El 16 de julio de 1991 los derechistas lograron cerrar las tres clínicas. Al día siguiente, tomaron por asalto la iglesia a la que asistía Tiller y desbarataron el servicio religioso.

La estrategia de los dirigentes de los grupos pro derechos de la mujer, sindicatos y organizaciones de derechos civiles consistía en buscar que las cortes, la policía y los funcionarios electos mantuvieran abiertas las clínicas.

Operación Rescate se percató de la falta de respuesta, y anunció que se quedaría allí “por tiempo indefinido”. Centenares de cuadros derechistas llegaron a Wichita de todo el país. El grupo declaró que la convertirían en la “primera ciudad de América libre de abortos”. Los derechistas aumentaron sus bloqueos de clínicas. Hostigaron a los voluntarios que servían de escoltas en las clínicas.

A pesar de una orden judicial contra el bloqueo de las clínicas, la policía actuaba muy lentamente. Cuando arrestaban a los “rescatadores”, lo hacían tan despacio que dejaban que las clínicas quedaran bloqueadas por muchas horas.

El 20 de agosto los matones de Operación Rescate atacaron la clínica del doctor Tiller. Decenas de derechistas brincaron la reja y cientos bloquearon la entrada. Al final fueron frenados por la policía antes de que pudieran asaltar la clínica.

No fue sino hasta el 24 de agosto que se organizó en Wichita una manifestación pública, bajo el lema de “Pronunciémonos por el derecho de decidir”, para responder a los ataques derechistas. Concurrieron 5 mil personas. Jóvenes y algunos trabajadores empezaron a incorporarse a los piquetes para defender las clínicas.

Al día siguiente los derechistas realizaron un mitin de 25 mil personas.  
 
Complicidad de gobierno y policía
Los derechistas continuaron sus acciones por unas semanas con la complicidad de la policía y algunos funcionarios locales. La gobernadora de Kansas, Joan Finney, habló en un mitin de Operación Rescate, después que la policía había arrestado a 1 500 personas.

Las acciones que organizó Operación Rescate a principios de los 90 mostraron un rostro del fascismo incipiente en Estados Unidos. El grupo tenía cuadros dedicados a enfrentamientos callejeros. Sus dirigentes propugnaban su oposición a los derechos de la mujer, de los inmigrantes, de los homosexuales y otros aspectos de una perspectiva reaccionaria más amplia.

La clase trabajadora en Estados Unidos enfrentará movimientos de este tipo más al aumentar la polarización de clases en la actual crisis económica.  
 
Contramovilización
Aunque Operación Rescate no logró cerrar las clínicas permanentemente, su éxito en Wichita la envalentonó. Los derechistas trataron de cerrar clínicas por todo el país, incluyendo en Iowa, Ohio, Michigan y Dakota del Norte. Pero pronto constataron que no eran los únicos que estaban aprendiendo las lecciones de Wichita.

Un ejemplo de la creciente resistencia a los derechistas ocurrió el 2 de noviembre de 1991. Después que Operación Rescate anunció su llegada a la ciudad, 2 500 defensores del derecho de la mujer al aborto se congregaron en la madrugada en cuatro clínicas del área de Boston. Entonces, 150 derechistas atacaron una clínica en Cranston, Rhode Island, a 45 minutos de distancia, donde abrumaron a las 30 personas que defendían la clínica allí.

Unos 800 manifestantes pro derecho a decidir, en su mayoría estudiantes, se dirigieron a Cranston, derrotando a los derechistas. “Los corrimos de Boston y los corrimos de aquí”, coreaban los estudiantes mientras la policía acompañaba a los derechistas a sus autos.

Impulsados por los ataques, medio millón de personas marcharon en Washington en abril de 1992, la manifestación más grande por el derecho al aborto hasta esa fecha en Estados Unidos.

Operación Rescate luego convocó a sus seguidores a Buffalo, Nueva York, para “La Semana de Vida”, un mes de piquetes y bloqueos de clínicas.

En esta ocasión los defensores del derecho a decidir habían asimilado las lecciones de Wichita. Pidieron que partidarios de los derechos de la mujer de todo Estados Unidos y Canadá se movilizaran en Buffalo para defender las clínicas. El 11 de abril de 1992, unas 2 mil personas marcharon en Buffalo a favor del derecho al aborto, incluidos muchos jóvenes.

El 20 de abril, Operación Rescate comenzó sus bloqueos. Cientos de activistas pro derechos de la mujer se congregaron todos los días a las 5 de la mañana, listos para ser movilizados. Formando cadenas humanas, defendieron las clínicas.

Los derechistas intentaron repetidamente romper las líneas, pero fracasaron. No pudieron cerrar ni una sola clínica. Después de dos semanas, Operación Rescate fue derrotada, un hito en la lucha por defender el derecho de la mujer a optar por el aborto.

En los años siguientes se dieron batallas por todo el país. En clínica tras clínica, los defensores de los derechos de las mujer organizaron contra-movilizaciones e impidieron que los derechistas lograran sus propósitos.

Bajo la presión de la defensa pública del derecho al aborto, la policía y los tribunales empezaron a arrestar y sentenciar a más derechistas cuando obstaculizaban las entradas a las clínicas.
 
 
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