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Vol. 73/No. 19      18 de mayo de 2009

 
Seattle: alumnos debaten
Revolución Cubana hoy
(especial)
 
POR EDWIN FRUIT  
SEATTLE—Más de 150 personas, en su mayoría estudiantes, participaron el 24 de abril en una presentación y discusión del libro Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana. La reunión tuvo lugar en la universidad Seattle Central Community College.

El libro relata la historia de tres cubanos de ascendencia china —Armando Choy, Gustavo Chui, y Moisés Sío Wong. Cuando jóvenes, participaron en la guerra revolucionaria en Cuba que derrocó la dictadura de Fulgencio Batista y abrió el camino a la primera revolución socialista en las Américas. Posteriormente llegaron a ser generales en el ejército revolucionario y hoy en día desempeñan responsabilidades importantes para el fortalecimiento de la revolución.

El evento fue auspiciado por la organización estudiantil chicana MEChA, la Unión de Estudiantes Internacionales, la Coalición del Pueblo Unido, la Junta de Actividades Universitarias, y el Equipo para el Diseño de la Educación Global, una organización de profesores.

Annie Nguyen dio la bienvenida al público en nombre de la Unión de Estudiantes Internacionales. Presentó a Bettie Luke de la Organización de Chino-Americanos de Seattle. Luke dijo que el libro es importante porque relata una nueva parte de la historia de la diáspora china en las Américas.

Carlos Sibaja, un vicepresidente de MEChA, moderó el evento. Dijo que es mexicano pero su bisabuelo llegó a México desde Japón. El libro le tocó una fibra sensible debido a la descripción de la inmigración asiática que es muy poca conocida. Dijo que le inspiró el hecho de que los generales fueron dirigentes estudiantiles que ayudaron a cambiar el mundo, y que esto es lo que los jóvenes de hoy tienen que hacer.  
 
‘Aprendiendo nuestra historia’
Tina Young, la directora de Iniciativas Multiculturales, explicó que como joven chino-americana en Nueva York, le fascinó cuando sus padres le hablaron de un pariente chino-cubano-jamaicano. “Todavía estamos aprendiendo nuestra historia a través de este libro”, dijo Young, citando algunas de las experiencias de Choy, Chui y Sío Wong al criarse como chinos en Cuba capitalista.

Karen Strickland, profesora de trabajo social, habló de sus dos viajes a Cuba como parte de giras académicas por maestros de salud y otros profesionales.

“Cuando uno visita Cuba, uno recibe un mensaje claro y constante de cómo proveen servicios sociales allá”, dijo. “La educación y los servicios de salud son gratuitos y aún los que están en desacuerdo con el gobierno nunca aceptarían perder esas cosas”.

Charles Jeffreys, profesor de psicología, habló de cómo Cuba fue parte de la lucha internacional contra el colonialismo en Africa, Asia y América Latina después de la Segunda Guerra Mundial. Al leer el libro le impresionó el papel cubano en Angola en los 1970 y 1980. La derrota de las fuerzas del gobierno de Sudáfrica allí ayudó a preparar el terreno para la independencia de Namibia, la libertad de Nelson Mandela, y la caída del régimen del apartheid. Martín Koppel, uno de los que entrevistaron a los generales en Cuba, explicó que el libro le toca la fibra sensible a muchos trabajadores y jóvenes hoy porque estamos al comienzo de una crisis económica y social mundial, y la revolución socialista cubana ofrece al pueblo trabajador un ejemplo del camino a seguir para avanzar.

Koppel señaló la resistencia obrera en Estados Unidos, incluyendo las movilizaciones del Primero de Mayo a favor de los derechos de los inmigrantes. Subrayó el ejemplo de los cinco revolucionarios cubanos encarcelados por más de 10 años en prisiones norteamericanas que continúan luchando por su libertad.

Durante una discusión animada después de las presentaciones, las preguntas abarcaron temas desde ¿como enfrenta Cuba el uso de drogas? a ¿como está organizado el sistema de salud? Strickland dijo que a diferencia de éste país, las autoridades cubanas castigan a los narcotraficantes y no a los consumidores de drogas, a los cual les ofrecen tratamientos médicos.

Koppel explicó que fue necesaria una revolución socialista para cambiar el sistema de cuidado de la salud. “En Cuba los servicios de salud son un derecho, no una mercancía como lo son en el mundo capitalista”, dijo.  
 
 
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