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Vol. 73/No. 16      27 de abril de 2009

 
Washington acepta ser parte
de pláticas con Teherán
(portada)
 
POR CINDY JAQUITH  
El gobierno estadou nidense anunció el 8 de abril que participará directamente en conversaciones con Teherán sobre el programa nuclear iraní. A la misma vez, Washington amplió las sanciones dirigidas a prevenir que Irán obtenga acceso a la tecnología y los materiales necesarios para lograr la autosuficiencia nuclear.

Teherán y Washington no han tenido relaciones diplomáticas desde 1979, cuando el pueblo iraní se alzó y derrotó a la monarquía del Shah Mohammed Reza Pahlevi, que contaba con el apoyo de Washington. Los esfuerzos iraníes para desarrollar la energía nuclear comenzaron con la ayuda del gobierno de Estados Unidos bajo el shah.

En 2003, Washington acusó a Teherán de desarrollar la energía nuclear con el fin de producir armas nucleares, algo que Teherán ha negado explicando que ésta es necesaria para desarrollar la industria y la agricultura del país.

Desde entonces, el Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto una serie de sanciones contra Irán por rehusarse a suspender el enriquecimiento de uranio, un proceso requerido tanto para producir combustible para plantas nucleares como para la producción de armas. Washington ha impuesto sanciones adicionales unilateralmente.

En varias ocasiones Londres, Paris, Berlín, Moscú y Beijing han realizado negociaciones con Teherán para presionar a que abandonen o modifiquen su programa nuclear. La administración de George W. Bush demandó que Teherán pusiera fin a todas las actividades de enriquecimiento de uranio antes de participar en negociaciones.

La propuesta de la administración de Obama cambia esta política. “Hablar con Irán es algo que dijimos que ahora haríamos sin precondiciones”, dijo Robert Wood vocero del departamento de estado el 9 de abril.

Cuando Obama ganó las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre del año pasado, el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad le envió una carta de felicitaciones, la primera de este tipo enviada por un jefe de estado iraní desde que Washington rompió relaciones con Teherán. En marzo, Obama regresó el gesto con un mensaje grabado dirigido al pueblo de Irán en la ocasión del año nuevo iraní. Seguidamente la secretaria de estado Hillary Clinton invitó a Teherán a participar en una conferencia internacional sobre Afganistán el 31 de marzo auspiciada por el gobierno de Estados Unidos.

El 9 de abril, Ahmadinejad aceptó la propuesta de dar inicio a conversaciones con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, declarando que “el dialogo se debe basar en la justicia y el respeto de los derechos… Justicia significa que ambos lados reciben el mismo trato y los derechos bilaterales son respetados”.

El vice primer ministro israelí Silvan Shalom, dijo no oponerse a las negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y el de Irán pero que “debe de haber un limite de tiempo”.

El día después del anuncio de Obama sobre las negociaciones, el departamento del Tesoro aumentó las sanciones del gobierno estadounidense bloqueando las transacciones financieras entre entidades de ambos países realizadas a través de intermediarios. “Esta acción regulatoria cerrará el último punto de acceso de Irán al sistema financiero de Estados Unidos”, dijo la declaración del departamento.

El fiscal del distrito de Mahattan Robert Morgenthau presentó acusaciones el 7 de abril contra un empresario chino por supuestamente ayudar a Irán a adquirir tecnología nuclear y de mísiles. “No existe amenaza más grande en el mundo hoy día que los esfuerzos de Irán para conseguir armas nucleares y mísiles de largo alcance”, dijo Morgenthau, mientras anunciaba que buscaría la extradición del empresario, Li Fang Wei, de China.

Li enfrenta 118 acusaciones de participar en transacciones financieras para asistir a Irán en la compra de aleaciones metálicas, en violación de las sanciones contra Irán. Li le dijo al New York Times que los materiales en cuestión “se venden por todo el mundo”.

El ministro de relaciones exteriores chino emitió una declaración diciendo, “Estamos completamente en contra de que algunos departamentos del gobierno de Estados Unidos usen sus leyes para sancionar a una empresa China”.  
 
 
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