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Vol. 73/No. 14      13 de abril de 2009

 
Presentan en Cuba libro
de generales cubano-chinos
Estudiantes de China interesados en papel
de chinos en historia revolucionaria cubana
(especial)
 
POR MARTÍN KOPPEL  
TARARA, Cuba—Más de 200 jóvenes chinos que estudian español aquí en Cuba escucharon con mucho interés a un panel de oradores que presentó el libro Nuestra historia aún se está escribiendo, el cual relata la historia de tres generales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba que son de ascendencia china.

Los tres generales —Gustavo Chui, Armando Choy y Moisés Sío Wong— junto con la editora del libro, Mary-Alice Waters, hablaron en el evento, celebrado el 23 de febrero. Los estudiantes chinos asisten a las escuelas en Tarará o Cojímar, comunidades al este de La Habana. Actualmente hay casi 1 900 estudiantes chinos en Cuba, y unos 1 100 estudian español en Tarará, que antes de la revolución era un centro vacacional para los ricos. Todos son becados, cuyos gastos aquí los paga el gobierno cubano.

También asistieron al evento unos 30 dirigentes de las sociedades chinas del barrio chino de La Habana, además de profesores de la facultad de español de la Universidad de La Habana que son responsables de la escuela en Tarará y del programa de estudios cubano-chinos.

Después de la bienvenida que la estudiante Wang Silu dio en español, los oradores fueron presentados por Iraida Aguirrechu, encargada de política actual de Editora Política, la casa editorial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Aguirrechu participó en las entrevistas que comprenden el libro, el cual Pathfinder publicó en inglés y en español, y ayudó en todas las etapas de la producción del libro.

Aguirrechu señaló que hace poco se publicó en Beijing una edición china de Nuestra historia aún se está escribiendo, y añadió que este año Editora Política publicará un edición cubana del mismo con una tirada de 10 mil ejemplares (ver artículo en este número).

Como adolescentes criados en distintas regiones de Cuba en los años 50, Chui, Choy y Sío Wong se incorporaron al movimiento revolucionario, dirigido por el Ejercito Rebelde y el Movimiento 26 de Julio, que movilizó al pueblo trabajador para derrocar en enero de 1959 a la dictadura de Batista, que contaba con el respaldo de Washington. Cada uno de ellos continúa desempeñando responsabilidades directivas importantes en la actualidad.

Chui forma parte de la dirección nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y es presidente del Casino Chung Wah, la principal sociedad en el barrio chino. Choy es responsable de la administración del Puerto de La Habana. Sío Wong, quien se jubiló el año pasado de presidente del Instituto Nacional de Reservas Estatales, es presidente de la Asociación de Amistad Cuba-China.

Al describir el contenido del libro, Waters explicó al público joven que las historias de los tres jóvenes rebeldes nos ayudan a entender, “¿Qué es una revolución socialista? ¿De dónde vienen los hombres y mujeres como los Cinco Héroes de la Revolución Cubana, encarcelados injustamente en Estados Unidos? ¿Qué les da tanta fuerza, tanta capacidad de resistencia?”

El libro, que es de hecho “una introducción a la Revolución Cubana”, dijo Waters, fue publicado por Pathfinder “porque el pueblo trabajador y la juventud en Estados Unidos que tienen la mente abierta al mundo necesitan conocer esta historia”.

Destacó la amplia acogida que ha tenido el libro. Se han vendido unos 8 mil ejemplares en los tres años desde que se editó por primera vez, informó, y se han realizado más de 60 actividades para debatir el libro en 43 ciudades de Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Nueva Zelanda, Venezuela y Cuba, con más de 5 mil asistentes.

Ha captado interés especialmente entre chinos y otros asiático-americanos, una parte grande y creciente de la población de Estados Unidos, “entre las decenas de millones de inmigrantes de todas partes del mundo que están dejando su huella en la política en Estados Unidos”, dijo Waters.

Se refirió al epílogo a la edición china, escrito por el traductor Wang Lusha, quien expresa el orgullo que sienten muchos jóvenes chinos al leer el libro y enterarse del papel destacado de los inmigrantes chinos en la historia revolucionaria de Cuba, y que empiezan a comprender por qué es necesaria una revolución socialista para crear las condiciones económicas que permitan el éxito de la lucha para erradicar la discriminación racial y otras formas de opresión.  
 
Los chinos en las luchas de Cuba
Gustavo Chui, cuyo padre nació en China y cuya madre era negra, explicó que, al crecer en Cuba capitalista, se topó con discriminación racial contra los negros y contra los chinos. La comunidad china en sí, apuntó, estaba dividida en clases, con ricos y pobres.

Los muchos chinos traídos a Cuba en el siglo XIX como trabajadores en servidumbre “formaron parte de la nacionalidad cubana por haber luchado, desde la lucha por la independencia contra España hasta el día de hoy”, dijo Chui.

Armando Choy destacó el papel singular que desempeñaron los combatientes chinos en las guerras independentistas de 1868 y 1895 contra el dominio colonial español. “Hubo batallones completos de combatientes chinos”, dijo, con unidades de 500 o más. Una muestra del respeto que se habían ganado como combatientes, explicó Choy, fue que cuando el general revolucionario Ignacio Agramonte cayó en combate, se escogió a una unidad de 72 soldados, todos chinos, para que entrara en territorio enemigo a rescatar su cadáver.

Relató que siendo un joven rebelde, como Chui y Sío Wong, se sumó a la lucha contra la tiranía de Batista. Pero además hubo mucho más cubano-chinos en el Ejército Rebelde, observó. Lucharon hasta el triunfo del “1 de enero de 1959, cuando Cuba llegó a ser un país verdaderamente libre y soberano”.

Sío Wong empezó señalando que estaban reunidos en Tarará, donde, antes de la revolución, se había excluido a los negros y chinos. Después de 1959, Tarará se convirtió en un centro recreacional para niños cubanos, y después del desastre nuclear de Chernobil en 1986 fue un centro de tratamiento gratuito para niños ucranianos afectados por la radiación. Algunas víctimas de ese desastre continúan recibiendo atención médica en Tarará, que más recientemente ha sido utilizado para la Operación Milagro, programa que ofrece operaciones a pacientes de otros países latinoamericanos que padecen de cataratas.

“Voy a violar una de sus reglas aquí”, dijo Sío Wong con una sonrisa. “Sé que la regla es que está prohibido hablar chino aquí porque están estudiando español. Pero trajimos ejemplares de Nuestra historia aún se está escribiendo en chino”, dijo al mostrar la portada de la edición china.

“Y quiero agradecer a la Pathfinder por divulgar la verdad sobre la Revolución Cubana por muchos años, desde las entrañas del monstruo”, dijo Sío Wong.  
 
Internacionalismo de la revolución
Señaló que Cuba revolucionaria fue el primer país latinoamericano en reconocer al gobierno de la República Popular China en septiembre de 1960 y luchó para se otorgara a la RPC la representación de China ante la ONU en 1971, remplazando a Taiwán.

Al hacer referencia a las misiones internacionalistas de combate de la Revolución Cubana, Sío Wong destacó la ayuda que se dio para “defender la independencia de Angola, ganar la independencia de Namibia y liquidar el sistema del apartheid en Sudáfrica”.

Esta enorme proeza, descrita en Nuestra historia aún se está escribiendo, triunfó, dijo, “porque más de 350 mil combatientes cubanos fueron a Angola como voluntarios. Esa misión fortaleció enormemente la revolución, fortaleció nuestra conciencia”.

Hablando de sí mismo y de los otros dos generales, Sío Wong dijo, “Nosotros vivimos el capitalismo. Pero la mayoría de los cubanos nacieron con la revolución. Los que fueron a Angola tuvieron la oportunidad de ver el capitalismo con sus propios ojos. Y hoy continuamos esa experiencia con los médicos que cumplen misiones en América Latina y otras regiones”.

Al final del programa, los estudiantes se volcaron sobre la mesa donde se vendía Nuestra historia aún se está escribiendo, y después rodearon la tribuna para pedirles autógrafos a los autores del libro. Compraron 150 ejemplares del libro en español, y todos los 45 ejemplares en chino y 25 en inglés que había disponibles, además de otros libros de Pathfinder. Aunque algunos estudiantes dijeron al Militante que no se interesaban en esa obra, otros dijeron que habían comprado más de un ejemplar para enviarlos de regalos a China.

“Antes de venir aquí a estudiar, no estaba interesado en Cuba”, dijo Yang Jing, de 19 años, al Militante. “Ahora me interesa mucho aprender más acerca de este país”.

Dong Lei, de 21 años, conocida aquí por su nombre en español, Melodía, no solo compró Nuestra historia aún se está escribiendo sino una selección de otros libros, incluyendo Qué lejos hemos llegado los esclavos por Nelson Mandela y Fidel Castro, y ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? por Mary-Alice Waters.

“Yo antes conocía muy poco sobre Cuba”, dijo Melodía. “Pero la historia de los chinos en Cuba y de la Revolución Cubana es importante”. Ella había visto por primera vez los libros de Pathfinder la semana anterior en la feria del libro de La Habana, donde compró unos cuantos y se enteró del evento programado para Tarará. Les pidió a sus profesores en la escuela de Cojímar que organizaran un grupo de estudiantes para asistir al evento en Tarará, y así lo hicieron.  
 
 
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