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Vol. 73/No. 12      30 de marzo de 2009

 
Dirección revolucionaria en Cuba
(editorial)
 
El gobierno cubano anunció el 2 de marzo la reorganización de diversos ministerios y cambios en las responsabilidades de 10 altos funcionarios del gobierno. Los cambios más comentados en la prensa internacional fueron la sustitución del ministro del exterior Felipe Pérez Roque y del secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage.

Los medios capitalistas usaron el anuncio como ocasión para “especular” sobre la transición en la dirección cubana, y para buscar fisuras y conflictos a ser explotados. Se ha presentado la sustitución de Pérez Roque y de Lage como “pruebas” de una lucha fraccional entre partidarios de Fidel Castro y de Raúl Castro, o de que el presidente Raúl Castro estaba eliminando posibles “rivales”.

Estos comentarios reflejan las esperanzas de la clase dominante norteamericana de que podrá hallar elementos en la dirigencia cubana dispuestos a hacer concesiones que ha buscado en vano por muchas décadas, concesiones que alejarían a los trabajadores y campesinos cubanos del camino revolucionario por el cual han luchado y que han defendido por 50 años…y la frustración de los imperialistas por no poder lograr ese objetivo.

Asimismo, algunas voces entre las fuerzas de solidaridad con Cuba revolucionaria han expresado preocupaciones por los cambios en el gobierno, como si hubiera ocurrido algo excepcional que exigiera más explicaciones.

Sin embargo, no hay nada en los cambios anunciados que requiera “comentarios” o “análisis” más allá de lo que han ofrecido y que ofrecerán los organismos y dirigentes responsables en Cuba cuando esto sirva los intereses de defender la Revolución Cubana.

Además de las medidas, debatidas desde hace mucho tiempo, para consolidar y hacer más eficaces los ministerios del gobierno y el aparato administrativo, dos dirigentes cubanos que eran muy conocidos a nivel internacional fueron sustituidos por causas aparentes, como afirmó inequívocamente el ex presidente cubano Fidel Castro.

Aludiendo a Pérez Roque y a Lage, apuntó que los sustituidos no carecían de valor personal, pero que “la miel del poder, por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo se llenó de ilusiones con ellos”.

Desde el asalto al cuartel Moncada en 1953, que inició la lucha revolucionaria para derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, régimen apoyado por Washington, la trayectoria de la dirigencia de la Revolución Cubana se ha guiado por la defensa de los intereses del pueblo trabajador a nivel mundial y en Cuba.

Esta trayectoria sigue siendo la prueba de liderazgo para todas las generaciones en Cuba, y es el fundamento de la transición, constante y mesurada, que ha estado en marcha desde hace unos cuantos años.
 
 
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