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Vol. 73/No. 11      23 de marzo de 2009

 
Llegán más contribuciones de ‘dinero
manchado en sangre’ de trabajadores
con conciencia de clase
 
“Aquí va mi cheque por $52.30 de dinero manchado en sangre”, escribió Lisa Potash, una costurera en Atlanta. Potash y otros trabajadores en su fábrica recibieron $50 en tarjetas para hacer compras en una cadena de mercados. También recibió un bono de producción de $2.30.

Enviar tales “bonos” de los patrones al Fondo Capital, que se usa para promover el programa de publicación a largo plazo del movimiento comunista, es una larga y orgullosa tradición de los trabajadores en el movimiento socialista revolucionario de no aceptar “dinero manchado en sangre” de la compañía. Así se le llama porque los patrones lo usan para comprar nuestro silencio por el aumento del ritmo y las horas de trabajo y las peores condiciones de seguridad. Viene teñido de nuestra sangre y de la de nuestros compañeros de trabajo.

El Fondo Capital hace posible que se produzcan las armas políticas que los trabajadores necesitan para entender las leyes del sistema de salarios y así estar equipados para la lucha para abolirlo de una ves por todas y remplazarlo con un gobierno del pueblo trabajador.

Siguen llegando las contribuciones de este tipo. Vivian Sahner, también de Atlanta, envió su bono de incentivo de $840.39. En su nota escribió que al mismo tiempo la compañía envió un memorando solicitando voluntarios que reduzcan sus horas de trabajo “y desafortunadamente nuestros salarios también”.

Jerry Freiwirth, un trabajador en una refinería de la región de San Francisco, envió $1 400, la suma de un bono por firmar un contrato.

Los trabajadores comunistas también están buscando cómo convertir las diferentes formas de este chantaje monetario en contribuciones para el movimiento comunista. Cinco trabajadores de la carne en Des Moines, Iowa —Diana Newberry, Helen Meyers, Chuck Guerra, David Rosenfeld y Rebecca Williamson— recibieron de sus patrones cupones para compras en un supermercado. “Después de discutir como convertirlos en efectivo decidimos usarlos para compras y donar el equivalente al Fondo Capital”, dijo Newberry al Militante. Enviaron $100.58.

John Hawkins, que corta carne en una fábrica cerca de Chicago, envió $155 de un bono de fin de año que recibió justo antes de recibir la noticia que iba a ser despedido de su trabajo.

—SAM MANUEL

 
 
 
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