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Vol. 73/No. 11      23 de marzo de 2009

 
Nueva York: debaten legado de Malcolm X
 
POR OLGA RODRÍGUEZ  
NUEVA YORK—El legado revolucionario de Malcolm X en el 44 aniversario de su asesinato fue festejado en un evento en el Malcolm X and Dr. Betty Shabazz Memorial and Educational Center (Centro Memorial y Educacional Malcolm X y Dra. Betty Shabazz) en esta ciudad. La reunión fue auspiciada por la Coalición sobre Asesinatos Políticos (COPA por sus siglas en inglés) y el centro, que se ubica en el sitio del salón de baile Audubon en Harlem donde Malcolm X fue asesinado a balazos durante un discurso el 21 de febrero de 1965.

Malaak Shabazz, la hija menor de Malcolm y Betty Shabazz, le dio la bienvenida a unos 120 participantes y agradeció a los oradores. La reunión fue presidida por Dowoti Désir, el director ejecutivo del centro.

El primer orador fue William Pepper, autor de dos libros sobre lo que él cree fue una conspiración del gobierno estadounidense para asesinar a Martin Luther King en 1968. El gobierno lo hizo, dijo Pepper, porque King en sus últimos años se “encaminaba por la misma senda que Malcolm X”.

Pepper, quien fue el abogado defensor de James Earl Ray—el hombre acusado del asesinato de King—dijo que también estaba convencido de que el Presidente John F. Kennedy había sido asesinado en 1963 por conspiradores al servicio de “los círculos gobernantes de la costa este” de Estados Unidos.

Wynne Alexander, historiadora de la radioemisora de Filadelfia WDAS, habló sobre la entrevista que le hizo la radioemisora a Malcolm X el 29 de diciembre de 1964. A pesar de una amenaza de muerte, y que 100 policías locales rodeaban la emisora, inclusive con tiradores de primera, Malcolm salió al aire para explicar su perspectiva para construir la Organización de Unidad Afroamericana (OAAU).

James Small, un dirigente de la OAAU y profesor jubilado de Estudios de los Negros en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, habló sobre los retos que encaran los afroamericanos desde la muerte de Malcolm. “¿Estaría Malcolm satisfecho con la situación de los afroamericanos si estuviera vivo hoy?” preguntó Small, posteriormente respondiendo que “No”. Desde 1965, dijo, 10 mil negros “han sido electos a puesto públicos cuya presencia no ha hecho ninguna diferencia para la comunidad afroamericana”. él señaló las altas cifras de desempleo y el impacto devastador de la crisis capitalista de hoy en día.

Small habló del odio del gobierno estadounidense, francés y británico hacia Malcolm. Malcolm sabía que lo iban a matar, dijo Small, y que el complot era “más grande que la Nación de Islam”.

También habló Steve Clark, editor de varias colecciones de discursos de Malcolm X publicadas por la editorial Pathfinder y miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. Clark instó a los presentes a que leyeran y estudiaran los discursos y entrevistas de los últimos 10 meses de la vida de Malcolm X—que han sido mantenidos disponibles principalmente por la editorial Pathfinder—para emular “el legado político y conducta de uno de los más sobresalientes dirigentes revolucionarios del pueblo trabajador y de la lucha por la libertad de los negros”.

Durante esos 10 meses, dijo Clark, Malcolm trató de unificar el movimiento más amplio posible contra el racismo y la opresión contra los negros, la inigualdad de la mujer, la explotación capitalista, y las guerras imperialistas. Independientemente de lo que fueran las creencias religiosas de uno, o la carencia de ellas, decía Malcolm, era necesario dejar la religión en el armario de la casa para construir un movimiento unido.

En referencia al asesinato, Clark señaló las formas que los gobernantes estadounidenses y su policía política usan para llevar a cabo su espionaje y hostigamiento, así como también su violencia asesina cuando la necesitan, contra aquellos que se involucran activamente en luchar contra las políticas gubernamentales.

Los gobernantes estadounidenses querían deshacerse de Malcolm X, dijo Clark. Pero fueron individuos de o alrededor de la Nación de Islam quienes le dispararon. Clark añadió que en Granada una pandilla estalinista dentro del gobernante New Jewel Movement (Movimiento Nueva Joya) asesinó a Mauricio Bishop, el dirigente central de la revolución de 1979-83, y que, como explicó el presidente cubano Fidel Castro, “le entregaron la isla al imperialismo estadounidense en una charola de plata”.

“Malcolm X odiaba esos métodos”, dijo Clark. Malcolm detestaba la demagogia y el bandolerismo de los que decían luchar por la liberación. Estos son los métodos de los explotadores, que fueron copiados e introducidos a las organizaciones del pueblo trabajador y de los oprimidos por el movimiento estalinista en la década de los 30.

Clark subrayó el resultado desorientador de enfocar nuestra atención en supuestos complots y conspiraciones. Desvía nuestra atención de la verdadera fuente de los males de la sociedad—el sistema capitalista—y de la necesidad de construir un movimiento revolucionario del pueblo trabajador para arrebatarle el poder a los gobernantes capitalistas.

Imaginar conspiraciones, dijo Clark, a menudo nos lleva a crear chivos expiatorios, como las calumnias antisemitas que se escucharon alrededor de los eventos del 11 de septiembre, y que continúan siendo repetidas hasta la fecha, según las cuales se les avisó a los judíos que trabajaban en las Torres Gemelas que se quedaran en casa ese día. “Todo esto alimenta a la ultraderecha”, subrayó Clark.

Imam Talib Abdur-Rashid, un administrador del Centro Shabazz y dirigente religioso islámico en Nueva York, dijo que Malcolm X fue “no sólo un gran dirigente que era musulmán, sino que fue un gran dirigente musulmán”. Debemos recordar, añadió Talib, que Malcolm estableció primero una organización religiosa, y solo después una organización política.

El último orador, el director de COPA John Judge, dijo que es importante estudiar las conspiraciones de asesinato, porque si “no conocemos la historia, no podemos conocer ni el presente ni el futuro”. Dijo que a veces algunos lo llaman “un teórico de conspiraciones”, pero que eso “está bien si a la vez ellos se llaman a si mismos ‘teóricos de la coincidencia’”.

Judge dijo que él conoce “el poder del estado”, pero que dentro del estado hay facciones y “conspiraciones que compiten entre sí”. Fuerzas poderosas conspiraron para asesinar al Presidente Kennedy, a su hermano Robert Kennedy, a Martin Luther King y a Malcolm X por lo que representaban políticamente.

Durante la discusión, Clark dijo que el pensaba que Lee Harvey Oswald organizó solo el asesinato de Kennedy. Pero que lo que más le preocupaba era cualquier implicación de que hubiera algo en común políticamente entre Kennedy, King y Malcolm X que los convirtió en blancos de complots de asesinato por fuerzas dentro del gobierno estadounidense. Eso ofusca para el pueblo trabajador la realidad de quienes son nuestros opresores y explotadores.

Clark mencionó que Kennedy no había alzado ni un dedo para defender a los luchadores que protestaban contra el sistema de segregación racial conocido como Jim Crow. Recordó también que Kennedy auspició una invasión fallida cuya intención era aplastar a la Revolución Cubana, y aumentó el número de tropas estadounidenses en Vietnam en más de un 3 mil por ciento durante los tres años de su presidencia. Fue bajo su administración que el FBI condujo un espionaje extenso de Martin Luther King.

Es un insulto, dijo Clark, hablar de John F. Kennedy “a la par que de Martin Luther King, ni que decir de un dirigente revolucionario como Malcolm X”.  
 
 
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