El Militante (logo)  

Vol. 73/No. 10      16 de marzo de 2009

 
Construir uniones de lucha:
lecciones de los 30
 
A continuación aparecen pasajes de Poder Teamster, uno de los nuevos títulos de Pathfinder Press disponibles por primera vez en español a los participantes en la Feria Internacional del Libro de la Habana. En 1934 el Local 574 del sindicato Teamsters organizó una huelga exitosa para ganar el reconocimiento del sindicato. A través de esta lucha surgió una nueva dirigencia del local que dio prioridad a educar a los militantes sindicales a confiar en el poder sindical y sacar lecciones de clase en la lucha contra los empleadores. Copyright © 2008 por Pathfinder Press. Se publica con autorización.
 
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POR FARRELL DOBBS  
Con el cambio en la dirección oficial, los esfuerzos para forjar un ala izquierda cada vez más fuerte asumieron nuevas formas dentro del local. Ya no se trataba de desarrollar una agrupación amplia en torno a un programa combativo en aras de desplazar a los mal dirigentes que estaban en la cima de la organización. Ahora había revolucionarios conscientes al timón, y ellos gozaban de relaciones armoniosas con los miembros de fila… . De ahí se desprendía que la siguiente tarea de importancia era hacer que los miembros en general adquirieran más conciencia de las leyes de la lucha de clases.

Los trabajadores que carecen de experiencia radical ingresan a los sindicatos empapados de conceptos falsos y prejuicios que los gobernantes capitalistas les han inculcado desde la infancia. Así era el caso con los miembros del Local 574. Ellos comenzaron a aprender lecciones de clases únicamente en el transcurso de las luchas contra los patrones.

Sus experiencias huelguísticas les habían enseñado mucho. La dura realidad socavó conceptos de que los trabajadores algo tienen en común con los patrones… . A la vez, los trabajadores iban ganando confianza en su fuerza de clase, al haber salido victoriosos de su enfrentamiento organizado contra los patrones.

Para intensificar el proceso de aprendizaje que tan bien había empezado ya, la dirección del sindicato ahora empezó un programa educativo. Se organizaron cursos de estudio abiertos a todos los miembros. El plan de estudio incluía economía, historia y política del movimiento obrero, oratoria, estrategia de huelga, y estructura y tácticas sindicales. Cuando resultaba práctico, los informes de los funcionarios ante las asambleas de los miembros se presentaban con miras a hacerlos tanto instructivos como informativos en cuanto a los hechos. En el periódico del sindicato se publicaban artículos de carácter educativo. Los temas variaban, desde análisis de problemas locales hasta reportajes sobre sucesos y discusiones sobre problemas del movimiento obrero nacional e internacional.

Estos esfuerzos contrastaban notablemente con la política de los burocráticos funcionarios sindicales. Los burócratas no consideran al movimiento sindical como instrumento combativo dedicado exclusivamente a los intereses de los trabajadores, más bien tienden a considerar los sindicatos como base sobre la cual edificar sus carreras personales como “estadistas del movimiento obrero”.

Tales ambiciones los llevan a buscar relaciones de colaboración con la clase dominante. Con ese fin, los burócratas razonan que—puesto que son los patrones quienes proveen empleos—el trabajo y el capital tienen intereses comunes. Sostienen que los explotadores del trabajo deben obtener ganancias “justas” para poder pagar salarios “justos”. Les dicen a los trabajadores que deben mantener una actitud “responsable” para que los patrones vean a los sindicatos como parte necesaria de sus negocios… .

Al llevar a cabo su línea de colaboración de clases, los burócratas sindicales ejercen un estricto control sobre las negociaciones con los patrones. Tratan de evitar huelgas en torno a convenios de trabajo por todos los medios posibles… .

Una vez firmado un contrato con el patrón, dan por terminadas todas las hostilidades. Los intentos de los miembros de tomar acción directa donde sea necesario para hacer cumplir el convenio los declaran “no autorizados” y una violación de “pactos solemnes”. De hecho, los burócratas a menudo se confabulan con los patrones para tomar represalias contra los trabajadores rebeldes.

El liderazgo del Local 574 repudió tajantemente la fracasada línea de los colaboracionistas de clases. Se enseñaba a los miembros que no puede existir una paz de clases equitativa. En el capitalismo predomina la ley de la selva. Si los trabajadores no luchan como clase para defender sus intereses, los patrones los van a timar. Reflejando estos conceptos, el preámbulo de los nuevos estatutos aprobados por el local decía:

“La clase trabajadora, cuya vida depende de la venta del trabajo, y la clase patronal, que vive del trabajo de los demás, se enfrentan en el terreno de la industria disputándose la riqueza creada por los que trabajan. La vida de los patrones se rige por el afán de ganancias. Bajo el sistema salarial, los salarios bajos, las horas largas y la aceleración del ritmo de trabajo son armas en manos del patrón. Procurando siempre una parte más grande de la riqueza creada por su trabajo, el trabajador debe depender de su fuerza organizada. Al programa de los patrones hay que oponer una política combativa respaldada por la acción unificada.
 
 
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