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Vol. 73/No. 9      9 de marzo de 2009

 
Tropas EE.UU. fuera de Pakistán
(editorial)
 
El último ataque con misiles de Washington contra Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, causó la muerte de 60 personas. Es el cuarto ataque de este tipo desde que el presidente Barack Obama tomó posesión de su cargo. Para apuntalar a su inestable aliado en la “guerra contra el terrorismo”, Washington ha enviado unos 70 asesores militares a Pakistán, que han estado adiestrando, sin mucho secreto, a las tropas paquistaníes desde el verano pasado.

La “guerra contra el terrorismo” no es la política del presidente anterior, George Bush, o de Obama, es la política del imperialismo estadounidense, independientemente de quien ocupe la Casa Blanca.

Los ataques contra Pakistán y el incremento al doble de las tropas en Afganistán son parte de la misma guerra. Agrege la tortura de prisioneros en Guantánamo y en las cárceles de la CIA por todo el mundo y los “traslados” de supuestos “terroristas”, muchos sin ninguna evidencia en su contra, y verá lo que los gobernantes quieren decir cuando hablan de la “guerra en contra del terrorismo”, una advertencia a cualquier trabajador que se atreva a luchar contra la explotación capitalista.

El propósito de su guerra es defender el imperialismo de Washington en decadencia, el último imperio del mundo. Washington es cada vez menos capaz de estabilizar un mundo en el que las vidas de millones de trabajadores están marcadas por inquietudes, carencias y enfermedades producto del capitalismo.

Los ataques de misiles, los adiestramientos de fuerzas especiales y los ¨traslados¨ secretos—una palabra en codigo para los secuestros autorizados por Washington—tienen como propósito impedir que los trabajadores y agricultores en Pakistán y Afganistán organicen una lucha eficaz para confrontar a las clases capitalistas y terratenientes de la región.

Es por eso que los trabajadores con conciencia de clase deben exigir que se retiren las tropas y asesores de Washington de Pakistán y Afganistán, que se cierren todas las bases de Estados Unidos, que se liberen a todos los prisioneros y que cierren todas sus prisiones secretas. Los gobernantes se preparan para responder a la resistencia que se va a extender dentro de Estados Unidos a medida que las consecuencias de la crisis económica capitalista caen sobre los trabajadores y agricultores.

Al oponernos a la intervención de Washington en Pakistán, Afganistán y otros lugares del mundo, los trabajadores nos ponemos en una posición mejor para defender nuestros derechos democráticos, políticos y sindicales en los meses y años venideros.
 
 
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