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Vol. 73/No. 9      9 de marzo de 2009

 
Gobierno de Letonia
cae como el de Islandia
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
El gobierno de Letonia se derrumbó el 20 de febrero, después de imponer grandes recortes vinculados a un paquete de “ayuda” de 10 mil millones de dólares de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. Es el segundo gobierno europeo, después de Islandia, que ha caído bajo el peso de la creciente crisis económica caracterizada por una aguda contracción en la producción.

El presidente letón Valdis Zatlers aceptó la demisión del gobierno de coalición dirigido por el primer ministro Ivars Godmanis. Zatlers dijo que iniciará discusiones con los partidos en el parlamento para encontrar un nuevo primer ministro.

Se destacó la inestabilidad del gobierno en enero, cuando 10 mil personas que estaban protestando el impacto de la crisis económica tuvieron una confrontación con la policía. En febrero, agricultores bloquearon la capital con tractores, obligando al ministro de agricultura a presentar su dimisión.

Hospitales y escuelas a través del país están bajo amenaza de ser clausurados, los presupuestos de gobiernos locales se recortaron hasta en un 40 por ciento, y se redujeron los salarios de los trabajadores gubernamentales en un 25 por ciento.

El colapso es aún más impresionante dado el hecho de que Letonia, que junto con sus vecinos Estonia y Lituania se llaman los “tigres del Báltico”, tenía uno de los índices de crecimiento económico más alto de toda Europa después de integrarse a la Unión Europea en 2004.

En un artículo el 21 de febrero el Washington Post advirtió que, “Un desmoronamiento financiero en Europa oriental podría derrumbar a bancos en Austria, Suecia y Suiza, que han hecho prestamos fuertes a instituciones financieras y empresas en Europa oriental y que por años han disfrutado buenas ganancias de estos prestamos”.

Bancos en Austria, Suecia, Grecia, Italia, Irlanda, Bélgica y los Países Bajos tienen alrededor de 1.6 billones de dólares en prestamos pendientes en Europa oriental, lo que hace más probable que otros países podrían colapsar como sucedió en Islandia.

El declive en la industria automotriz, al igual que la crisis de los debilitados “tigres del Báltico”, destaca el carácter internacional de la creciente contracción económica.

Las ventas de automóviles en Estados Unidos cayeron en un 18 por ciento durante el año pasado.

En México la crisis automotriz es aún peor. En Corea del sur, la Ssangyong Motor Co, con participación mayoritaria de la Shanghai Automotive Industry Corp. de China, se declaró en quiebra

La industria automotriz no es la única que sufre lo que hace más de cien años Carlos Marx denominó la crisis capitalista de sobreproducción. “De repente el mundo esta lleno de casi todo”, comentó el Washington Post el 17 de febrero. “Televisores, buldózeres, muñecas Barbie, centros comerciales, tiendas Burberry”.

La sobreproducción no implica que las cosas que se están amontonando en las bodegas —desde gasolina hasta ropa y bombas de agua— no le hacen falta al pueblo alrededor del mundo. Sino que los capitalistas no las pueden vender a precios que garanticen suficientes ganancias para convencerlos de continuar produciendo.  
 
 
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