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Vol. 72/No. 50      22 de diciembre de 2008

 
Ante rescate automotriz,
más ataques a obreros
(portada)
 
POR CINDY JAQUITH  
Se perfilan nuevos ataques a los salarios, beneficios y condiciones de trabajo de los obreros automotrices ante el paquete de rescate que los demócratas y republicanos negocian para las empresas General Motors, Chrysler y Ford.

Bajo un proyecto de ley redactado por demócratas de la Cámara de Representantes, el gobierno ofrecería préstamos a corto plazo a los Tres Gigantes y supervisaría directamente la reestructuración a largo plazo de la industria. Los préstamos iniciales a la GM y la Chrysler serían de 15 mil millones de dólares. A cambio de los préstamos, las compañías le darán al gobierno acciones equivalentes al 20 por ciento del monto prestado. En vez de un préstamo, la Ford pide una línea de crédito de 9 mil millones de dólares.

El gobierno otorgaría más ayuda a los monopolios automotrices a condición de aprobar sus planes de reestructuración. El presidente nombraría un “zar de la industria del auto” para revisar estos planes para el 31 de marzo. Las compañías deben presentar un plan para “racionalizar los costos, la capitalización y la capacidad respecto a la mano de obra manufacturera”: palabras en clave que significan despidos, aceleración del trabajo y recortes de salarios y beneficios.

El “zar” tendría la autoridad de otorgar más préstamos o exigir el reembolso, y convocaría reuniones de las compañías, los sindicatos y los acreedores para negociar más medidas de reorganización, dándole al gobierno un papel más directo en las presiones contra el sindicato automotriz UAW.

Ronald Gettelfinger, presidente del UAW, anunció que los funcionarios sindicales decidieron reabrir los contratos sindicales con la Ford, General Motors y Chrysler; eliminar el “banco de empleos” del sindicato; y permitir que los patrones aplacen sus pagos al plan de salud de los jubilados.

“Concesiones, yo antes me encogía ante esa palabra”, dijo Gettelfinger en una rueda de prensa en Detroit. “Pero ahora, ¿por qué esconderlo? Es lo que hicimos”.

“Va a ser duro para la membresía”, dijo Frank Frabrizio, presidente del Local 600 del UAW en Dearborn, al Free Press. “No les alegra eso, pero es lo que hay que hacer”.

En 2005 el UAW también reabrió su contrato, cediendo un alza salarial del 3 por ciento en Ford y GM para sufragar los costos del seguro médico. En 2007 la cúpula sindical acordó que los nuevos trabajadores comenzarían a 14 dólares por hora, la mitad de lo que los miembros del UAW habían recibido antes, y recibirían peores planes de salud y pensiones.

El plan de salud de los jubilados, antes la responsabilidad de las compañías, fue entregado a un fondo fiduciario —a establecerse en 2010— manejado por el sindicato, ahorrándoles a las compañías la mitad de sus costos por el seguro médico. Por el momento, el UAW permitirá que los patrones aplacen 14 mil millones en pagos al fondo.

El banco de empleos empezó cuando el UAW negoció el contrato de 1984. El sindicato ofreció concesiones en reglas de trabajo a cambio de un banco de empleos para los trabajadores cesanteados por cambios tecnológicos, cierres de plantas o reestructuraciones. Estos trabajadores siguieron recibiendo casi todos sus salarios y beneficios hasta que pudieron regresar al trabajo. Actualmente hay 3 500 obreros cobijados por el banco de empleos.

La GM, que ha reducido su mano de obra a la mitad en los últimos tres años, planea otros 30 mil despidos. Durante el mes de enero cerrará fábricas en Orion Township, Michigan; Lordstown, Ohio; y Oshawa, Ontario, cesanteando a 2 mil trabajadores. Cuando las plantas reabran, reducirán los turnos a dos.

En los últimos cinco años el UAW en las tres grandes empresas automotrices ha perdido la mitad de sus miembros: de 300 mil a 150 mil.
 
 
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