Vol. 72/No. 39 6 de octubre de 2008
El idioma de la vida cotidiana para la gran mayoría es el fang, bubi u otro de los idiomas autóctonos. La mayoría de los guineanos en las zonas urbanas hablan español, idioma en que se lleva a cabo la enseñanza, y algunos también hablan francés. El español y el francés son los dos idiomas oficiales para asuntos estatales y judiciales.
La isla de Bioko fue una escala para la trata de esclavos hasta bien entrado el siglo 19. Los puertos de lo que hoy es Guinea Ecuatorial estuvieron en distintos momentos bajo el dominio colonial portugués, español, inglés y holandés. Cuando las potencias europeas coloniales se repartieron Africa en 1885, la región llegó a ser la única parte del continente al sur del Sahara que fue “propiedad” de España.
Bajo el dominio español hubo muy poca actividad comercial aparte de la tala de madera y del cultivo del cacao y del café, casi exclusivamente para la exportación.
Guinea Ecuatorial se independizó de España en 1968. El primer gobierno guineano, encabezado por el presidente Francisco Macías Nguema, llegó a ser un reino de terror de 11 años. Macías, quien se proclamó presidente vitalicio y a veces se autocalificaba de “socialista”, disfrazando su represión cruel y al estilo de Pol Pot con demagogia antiespañola, anticlerical y anti-“blanco”.
Se clausuraron las iglesias y escuelas, y todo guineano que tuviera siquiera unos pocos años de educación fue víctima especial de la represión. Muchas personas fueron encarceladas, torturadas o ejecutadas, y decenas de miles se exiliaron.
En un país que, tras siglos de dominación colonial e imperialista, ya era uno de los más devastados en Africa, se derrumbó hasta el más mínimo comercio y producción para el mercado.
El 3 de agosto de 1979, Macías fue derrocado en un golpe de estado que efectuaron jóvenes oficiales guineanos encabezados por Teodoro Obiang Nguema, hoy presidente de Guinea Ecuatorial. La mayoría del pueblo conmemora esa fecha como el comienzo del trabajo para iniciar el desarrollo moderno del país.
El descubrimiento de enormes reservas de petróleo y gas bajo las aguas territoriales de Guinea Ecuatorial hace unos 15 años elevó la importancia estratégica del país en los inicios del siglo XXI. Han aumentado rápidamente la producción y el comercio, al tiempo que se han acelerado las contradicciones económicas y sociales.
—MARTÍN KOPPEL