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Vol. 72/No. 35      8 de septiembre de 2008

 
Cómo luchó Lenin para defender
autodeterminación de Georgia
(especial)
 
El libro La última lucha de Lenin, de la editorial Pathfinder, contiene documentos valiosos sobre el papel que ocupó Georgia y la cuestión nacional en la batalla que libró V.I. Lenin para defender la trayectoria comunista de la Revolución Rusa de Octubre de 1917 frente a una emergente burocracia privilegiada encabezada por José Stalin en la Unión Soviética.

Reproducimos aquí extractos de una reseña de La última lucha de Lenin que se publicó en la edición de junio-julio de 1995 de la revista Perspectiva Mundial.

POR MARTÍN KOPPEL  
Una vez que haya comenzado a leerlo le resultará difícil al lector dejar de leer este libro al seguir la lucha de Lenin semana a semana, y a veces de día en día, abordando temas políticos que mantienen plena vigencia en la actualidad. Lenin plantea problemas candentes entre otros la necesidad de forjar una unión de repúblicas obreras y campesinas, de defender los derechos de las nacionalidades oprimidas y combatir el chovinismo gran ruso y reforzar la alianza entre la clase obrera y el campesinado. Aborda la Nueva Política Económica y el lugar que ésta ocupa en la lucha mundial por el socialismo, y defiende el monopolio estatal del comercio exterior.

Estos temas, según explica la introducción del libro, “tratan el asunto más decisivo que aún enfrentan aquellos que producen las riquezas del mundo y que permiten la creación y el desarrollo de la cultura: tratan de la lucha mundial, iniciada hace casi 80 años por la revolución bolchevique, para reemplazar la dictadura de una minúscula minoría de familias capitalistas explotadoras con la dictadura del proletariado”, es decir con un estado obrero.

El gobierno revolucionario que asumió el poder en octubre de 1917 estaba basado en consejos, llamados soviet en ruso, de delegados obreros, campesinos y soldados.

Movilizó a los campesinos para que expropiaran los grandes latifundios y distribuyeran esa tierra nacionalizada entre los que la trabajaban. El gobierno emancipó a los pueblos oprimidos que habían sufrido la bota zarista de la opresión rusa desde Ucrania hasta Mongolia, y garantizó su derecho a la autodeterminación nacional, siendo el primer gobierno en el mundo en hacerlo.

La dirección bolchevique organizó a los obreros para que confiscaran la propiedad capitalista en las esferas de la industria, la banca y el comercio en gran escala, y estableció el monopolio estatal sobre el comercio exterior.  
 
La república de Georgia
En septiembre de 1922, pocos meses después del derrame cerebral que lo incapacitó, Lenin lanzó una lucha polític a sobre el problema de la república de Georgia y la unión voluntaria de repúblicas soviéticas.

En una carta al Buró Político del partido, dirigida al líder bolchevique Lev Kamenev, Lenin critica la propuesta de José Stalin, el secretario general del Partido comunista, de incorporar cinco repúblicas soviéticas independientes—Armenia, Azerbeiyán, Bielorrusia, Georgia, y Ucrania—a la Federación Rusa como “repúblicas autónomas”. El libro contiene el texto del proyecto inicial de Stalin.

Lenin propone una postura totalmente diferente: que Rusia se sume a las otras repúblicas y que “en igualdad con ellas entramos en una nueva unión, una nueva federación, la Unión de Repúblicas Soviéticas de Europa y Asia”.

Esta posición era crucial dados los fuertes sentimientos independentistas entre el pueblo trabajador de Georgia y otras repúblicas soviéticas del Cáucaso suscitados por la dominación zarista rusa en el pasado. El Partido Comunista de Georgia había rechazado el plan de “autonomización” de Stalin, prefiriendo mantenerse independiente como parte de una federación soviética.

La última lucha de Lenin documenta el debate político que Lenin libró para ganarse a otros miembros de la dirección bolchevique a una posición proletaria internacionalista en torno a esta cuestión. Esta lucha se fundamentaba en una de las principales conquistas de la revolución de octubre de 1917: el derecho de los pueblos oprimidos a la autodeterminación nacional.  
 
‘Guerra a muerte’
Gracias a los esfuerzos de Lenin y otros dirigentes bolcheviques, la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas se fundó a fines de 1922 como una federación basada en la igualdad. Pero Lenin se sintió obligado a escribir: “declaro una guerra a muerte al chovinismo gran ruso”, según se expresó en una carta dirigida al Buró Político el 6 de octubre.

En una serie de notas redactadas en diciembre de 1922 para el duodécimo congreso del partido programado para abril del año siguiente, Lenin escribió algunos de sus comentarios más agudos y concisos sobre la cuestión nacional. Aludiendo al argumento de ciertos dirigentes comunistas rusos de que se necesita un gobierno único para gobernar todas las repúblicas soviéticas, declara: “¿De donde provenían esas afirmaciones? ¿No provenían acaso del mismo aparato ruso, que…tomamos del zarismo, y recubrimos con un barniz soviético?”  
 
Acción afirmativa
Lenin añade que sin mantener una política consciente de trato preferente a las naciones históricamente oprimidas—es decir, una política de acción afirmativa—todo lo que se diga sobre una federación voluntaria no es más que “un simple pedacito de papel incapaz de defender a los no rusos de la embestida de ese hombre realmente ruso, del chovinista gran ruso, en esencia ese canalla y ese opresor que es el típico burócrata ruso”.

Lenin condena a Stalin por “su encono contra el famoso ‘socialismo nacionalista’“. Stalin había acusado al Comité Central del Partido Comunista de Georgia de “desviaciones nacionalistas”, declarando que éstas debían ser “erradicadas con un hierro candente”.

Lenin tenía buenas razones para preocuparse del chovinismo gran ruso. Stalin y Grigory Ordzhonikidze, otro miembro del comité Central, habían recurrido a presiones para tratar de imponer su política en torno a la cuestión nacional. El Comité Central de Georgia renunció en protesta. El conflicto se agudizó cuando Ordzhonikidze golpeó a uno de los comunistas georgianos disidentes durante una confrontación verbal. Este hecho salió a la luz más tarde durante una investigación efectuada por una comisión que el Buró Político había nombrado, encabezada por Feliks Dzerzhinsky, miembro del Comité Central ruso.

En los últimos meses de 1922, crecieron las dudas que Lenin tenía sobre la conducta de Stalin y sus aliados con respecto a la cuestión de Georgia. Lenin les encargó a tres de sus secretarios personales a que hicieran una investigación independiente en febrero y marzo de 1923 para verificar el informe de la comisión de Dzerzhinsky. Ellos le informaron a Lenin que básicamente Dzerzhinsky había encubierto las acciones abusivas de Ordzhonikidze y Stalin.

Este informe, ocultado en Moscú hasta la caída del aparato estalinista de la Unión Soviética en 1991, se publica por primera vez en este tomo.
 
 
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