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Vol. 72/No. 29      21 de julio de 2008

 
Por aumentos que cubran el costo de vida
(editorial)
 
Los candidatos demócratas y republicanos critican los aumentos incesantes de los precios de los productos básicos, los cuales están afectando a millones de personas. El contendiente presidencial republicano John McCain habla sobre ayudar a "los americanos que están siendo golpeados por los altos costos de la gasolina y los alimentos". El demócrata Barack Obama afirma que "todos estamos en el mismo bote desde los financistas hasta los trabajadores en las fábricas".

Su retórica encubre la realidad. No hay una crisis "Americana" de combustible y alimentos. No hay un "nosotros" que incluye a los capitalistas y a los trabajadores.

Cuando el precio de la leche supera los 4 dólares por galón, esto afecta de manera diferente a un operador de una máquina de costura y a un magnate automotriz. Cuando se disparan los costos del cuidado médico, el impacto sobre un minero del carbón jubilado y sobre un corredor de Wall Street son tan diferentes como el día y la noche. Los capitalistas tienen una crisis de crédito —los trabajadores tienen una crisis de vivienda, a medida que los alquileres consumen los salarios.

A nivel internacional, los precios de alimentos básicos como el arroz que han subido vertiginosamente, tienen un impacto aún más devastador sobre trabajadores y agricultores en los países semicoloniales en Latinoamérica, Africa y Asia.

Los políticos capitalistas ofrecen soluciones falsas. Obama y McCain proponen que se ofrezcan reembolsos y cortes en los impuestos que benefician a los millonarios pero no sirven para aliviar el apretón sobre el pueblo trabajador producido por los aumentos de precios y el estancamiento de los salarios.

Proponen políticas comerciales "Americanas", ya sean proteccionistas ó de "libre comercio", para convencer a los trabajadores a que se identifiquen con los dueños de las industrias que nos explotan en Estados Unidos, al mismo tiempo que culpan a los "países extranjeros".

La inflación es inherente al sistema capitalista —es resultado del hecho que la producción y la distribución de alimentos, energía y otras necesidades están en manos de la minuta clase de multimillonarios que compran y venden para hacer ganancias, a costas del pueblo trabajador por todo el mundo. Parte integral de este sistema es el acaparamiento capitalista, la especulación, y la manipulación de los precios de los granos, el petróleo y otras mercancías.

A pesar de lo que nos dicen los voceros de los patrones, los aumentos de los salarios no causan la inflación. Aumentos salariales disminuyen las ganancias de los patrones, las cuales en su totalidad son producto de la labor de los trabajadores. La proporción entre salarios y ganancias depende en gran parte de lo que los trabajadores son capaces de arrebatar de los patrones a través de luchas.

Para combatir los aumentos en los precios el pueblo trabajador tiene que depender de nuestra propia capacidad colectiva de lucha. El movimiento obrero debe demandar aumentos de salarios, beneficios del Seguro Social, pensiones, beneficios de desempleo y otros beneficios dependientes del aumento en el costo de la vida, para que cuando suban los precios, suban correspondientemente los salarios de los trabajadores.

En respuesta al amañamiento que hace el gobierno del Indice de Precios al Consumidor que subestiman los costos de alimentos, gasolina, atención médica y vivienda, los sindicatos deben iniciar comités de trabajadores y agricultores para determinar los verdaderos aumentos que paga el pueblo trabajador. También debemos luchar por un aumento en el salario mínimo federal para el beneficio de las capas más explotadas de la clase trabajadora.

Cuando los monopolios presentan excusas para aumentar los precios, debemos afirmar el derecho de conocer los hechos y demandar: ¡Que se abran los libros de contabilidad! ¡Nacionalizar la industria energética y administrarla bajo control obrero, con comités electos de trabajadores que inspeccionen sus cuentas y expongan sus escasezes ficticias y su amañamiento de los precios!

Para lograr estas demandas el pueblo trabajador necesita romper con los partidos gemelos capitalistas —los demócratas y republicanos— y organizar un partido obrero, basado en un movimiento sindical movilizado, para trasladar de forma eficaz nuestras luchas al terreno político.  
 
 
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