El Militante (logo)  

Vol. 72/No. 20      19 de mayo de 2008

 
Estudiantes en Iowa debaten Cuba:
su reforma agraria, internacionalismo en Africa
(especial)
 
POR SETH GALINSKY  
AMES, Iowa—“Normalmente solo oímos una parte de la historia”, dijo Keith King del grupo Minorías en Agricultura, Recursos Naturales y Ciencias Relacionadas (MANRRS). “Solo oímos que Fidel Castro es una persona mala. No nos enseñan que él defendió lo que consideraba correcto al oponerse a un dictador apoyado por el gobierno de Estados Unidos”.

King fue uno de los panelistas en un evento el 24 de abril en la Universidad Estatal de Iowa (ISU) sobre el libro Nuestra historia aún se está escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana.

La mayoría de los 115 presentes eran estudiantes de la ISU, entre ellos muchos de América Latina, Africa y Asia. Varios agricultores también asistieron. El mitin fue auspiciado por una docena de grupos estudiantiles y comités universitarios, incluyendo la Facultad de Agricultura.

También hablaron Juan Luis Vivero de la Asociación de Latinoamericanos; Aaron Bleich del Club Socialista; Mack Shelley, profesor de ciencias políticas; y Mary-Alice Waters, editora del libro. El mitin fue presidido por Isela Guzmán de la Asociación de Latinoamericanos y Christopher Hudson of MANRRS.

“Ante todo”, dijo Waters, Nuestra historia aún se está escribiendo “es una introducción a la Revolución Cubana: de qué se trata, quiénes la hicieron, lo que significa cuando el pueblo trabajador toma el poder y lo usa para transformar la sociedad y transformarse a sí mismo”.

El libro de la editorial Pathfinder contiene entrevistas con tres generales cubano-chinos —Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong— quienes de adolescentes se incorporaron a la lucha revolucionaria a fines de los años 50 para derrocar al dictador militar cubano Fulgencio Batista apoyado por Washington. Hoy los tres siguen siendo dirigentes de la revolución.  
 
¿Posible una revolución en EE.UU.?
Las cuestiones que enfrentaba el pueblo cubano también son importantes en Estados Unidos, dijo Waters. “¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos? ¿Cómo podemos lograr aquí el tipo de transformación que se llevó a cabo en Cuba?”, preguntó. “¿Es esto posible en Estados Unidos, el imperio imperialista más poderoso del mundo? Y será el último imperio”, añadió.

Vivero dijo que había leído mucho sobre los dirigentes revolucionarios cubanos Che Guevara y Fidel Castro, pero no fue sino hasta que leyó Nuestra historia aún se está escribiendo que se dio cuenta del papel del pueblo trabajador común y corriente en la dirección de la revolución.

Shelley se enfocó en el papel de Cuba en Angola. “La derrota del apartheid racista en Cuito Cuanavale en marzo de 1988 fue una victoria para toda Africa y el mundo”, dijo. Cuba ha demostrado que un pequeño país puede vencer a una potencia imperialista.

Bleich habló de la situación que enfrenta la juventud en Estados Unidos y el papel que le toca para realizar cambios. “Muchas personas como yo tienen que tener dos trabajos y aún así tenemos que conseguir préstamos” para pagar la universidad, dijo. “Y aún después de graduarse, no hay garantías de empleo”.

A pesar de sus distintos orígenes sociales, dijo Waters, los tres adolescentes enfrentaron la decisión más importante de su vida: “Arrodillarse o erguirse y luchar contra las injusticias sociales que veían a su alrededor; someterse o negarse a aceptar las indignidades y brutalidades de la vida bajo la dictadura militar de Batista.

“Los tres decidieron unirse al movimiento clandestino y cuando se hizo demasiado peligroso seguir en las ciudades, se incorporaron al ejército revolucionario en la Sierra Maestra y en la sierra del Escambray”.

Durante el período de discusión, Tony Barsic, un estudiante de ingeniería eléctrica, dijo que había leído el libro antes de la reunión y que las secciones sobre “el período especial” y “enfrentando la crisis alimenticia” le resultaron de mucho interés, tanto por ver cómo Cuba afronta la necesidad de producir más alimentos y cómo está respondiendo al reto de proteger el medio ambiente.

“¿Cuáles son las lecciones que nos puedan beneficiar hoy, en vez de simplemente aguardar la revolución socialista?” preguntó. “¿No pueden aplicarse algunas lecciones de Cuba en otros países hoy?”

El ejemplo de Cuba es importante, contestó Waters, pero el hecho que los precios de los alimentos sean cada día más altos, la destrucción del medio ambiente, los agricultores que pierden sus tierras: “todas estas cosas son parte de cómo funciona el capitalismo, no de cómo el capitalismo no funciona”. No podemos simplemente copiar los métodos de Cuba, agregó. “Las relaciones de propiedad deben ser transformadas aquí como lo fueron en Cuba”.

Ese mismo día, invitada por la profesora Ebby Luyaga, Waters también habló ante una clase de 25 estudiantes sobre el desarrollo económico en el mundo semicolonial, concentrándose en la reforma agraria de Cuba y su política agrícola, incluyendo la expansión de la producción alimenticia y la reestructuración de la industria azucarera hoy día. Después de su presentación hubo una animada discusión, con preguntas como: “¿Cuál es la motivación para producir bajo el socialismo?” y “¿Qué ha hecho la Revolución Cubana para cerrar la brecha entre la ciudad y el campo y elevar el estatus de las mujeres?”
 
 
Artículo relacionado:
Mitin en Universidad de Seattle debate Revolución Cubana  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto