El Militante (logo)  

Vol. 72/No. 18      5 de mayo de 2008

 
Folleto: ¿Es posible la revolución
socialista en Estados Unidos?
(reseña)
 
¿Es posible la revolución socialista en EE.UU.? por Mary-Alice Waters. Pathfinder Press, 2008, $5.

POR SAM MANUEL  
“¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos?” La respuesta, sin titubeos, es “¡Sí!” en este nuevo folleto de la editorial Pathfinder. El artículo principal es la presentación de apertura que dio Mary-Alice Waters en un foro que se extendió por cinco días en la Feria Internacional del Libro de Venezuela celebrada en Caracas en noviembre de 2007. Waters es miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores y presidenta de la Pathfinder.

El folleto, que asume la pregunta como su título, también incluye dos artículos de Olympia Newton, directora del Militante, quien escribió reportajes sobre el nutrido debate que se dio en el foro y los criterios —a veces marcadamente contrapuestos— de los panelistas. La introducción de Norton Sandler, dirigente veterano del trabajo sindical del PST, resume los principales temas políticos que se plantearon.

Doce páginas de fotos ayudan a ilustrar los puntos centrales del folleto, tanto el impacto sobre los trabajadores del mundo de la crisis financiera cada vez más profunda, como la creciente resistencia del pueblo trabajador en las minas y fábricas, las guerras imperialistas que se propagan y el legado revolucionario de la clase trabajadora en Estados Unidos, desde la Guerra Civil a las batallas obreras de hoy.

Las ediciones en inglés y español estarán disponibles a partir del 26 de abril para usarlas durante la semana antes de las marchas y manifestaciones del Primero de Mayo. “Esa celebración obrera histórica está pugnando por renacer en Estados Unidos como jornada de lucha”, dice Waters en sus palabras iniciales en el foro de Caracas. En los últimos dos años, millones de trabajadores, encabezados por inmigrantes, se han volcado a las calles por todo Estados Unidos para reclamar: “¡Alto a las redadas! ¡Legalización ya!”

“Ha emergido en acción una vanguardia combativa de la clase trabajadora”, explica Waters. Es una vanguardia obrera, no solo una vanguardia de inmigrantes.

“La batalla para captar a la gran mayoría de la clase trabajadora y a la totalidad del movimiento obrero para que apoyen la legalización de los inmigrantes indocumentados es la cuestión política ‘nacional’ más importante en Estados Unidos”, dice, “y es la batalla actual más grande rumbo a la acción política obrera independiente, hacia un partido obrero basado en un movimiento sindical combativo, militante”.

Los trabajadores, agricultores, camioneros independientes y otros que sufren el estrujón de la crisis económica leerán este folleto con mucho interés. El futuro será muy distinto de las condiciones de relativa prosperidad que predominaron por casi medio siglo después de la Segunda Guerra Mundial, dice Waters, “Se acercan años que van a traer una resistencia cada vez más consciente y organizada por parte de una vanguardia creciente de trabajadores, echados contra la pared por el empeño de los patrones de recortar salarios y aumentar lo que ellos llaman productividad”.

La envergadura e internacionalización sin precedentes de la clase trabajadora, resultado de la actual inmigración a Estados Unidos, hace más difícil que la clase gobernante pueda dividir al pueblo trabajador por raza u origen nacional, como hicieron anteriormente, explica el folleto.

“Aprendemos de las tradiciones de lucha que se juntan desde todas partes del mundo”, destaca Waters. “A medida que luchamos hombro a hombro, a los patrones les cuesta más oponer a ‘nosotros’ contra ‘ellos’. Se posibilita más percibir que nuestros intereses de clase no son los mismos que los de los ‘nuestros’ patrones, ‘nuestro’ gobierno o ‘nuestros’ dos partidos”.

El folleto es notable porque enfrenta directamente el peligro que significa el uso de acusaciones antijudías y del agent-baiting —insinuar que un contrincante político es un agente policiaco para tratar de restarle legitimidad— en el movimiento obrero. La ponzoña del agent-baiting y del odio antijudío, herramienta que las familias gobernantes han usado históricamente para desviar la atención de su responsabilidad por la crisis capitalista, fue introducido en los debates del foro, y Waters y otros les respondieron claramente.

Waters también explica que ya ha dejado de existir un enorme obstáculo a la trayectoria revolucionaria: la poderosa casta social burocrática de la Unión Soviética, que se disfrazaba de comunista. Hoy, a medida que las batallas de clase se profundicen, los trabajadores buscarán experiencias históricas anteriores como la Revolución Rusa dirigida por los bolcheviques y la Internacional Comunista bajo el liderazgo de Lenin.

“Sí, una revolución sí es posible en Estados Unidos”, concluye Waters. “Una revolución socialista. Para decirlo en términos de clase, una revolución proletaria: el levantamiento social más amplio, más abarcador imaginable de los oprimidos y explotados, y la reorganización de la sociedad a favor de sus intereses…

“Sin embargo, lo que no es inevitable es el resultado de estas luchas revolucionarias que vienen. Es ahí donde es decisiva la claridad política, la organización, disciplina y el calibre de la dirigencia proletaria”.
 
 
Artículo relacionado:
Evento en Texas suscita debate: ¿es posible una revolución en EE.UU.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto