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Vol. 71/No. 38      15 de octubre de 2007

 
Movilizarse contra ataques racistas
(editorial)
 
La libertad bajo fianza de Mychal Bell otorgada esta semana es un paso hacia el logro de justicia para los Seis de Jena. Fue producto de las exitosas acciones en Jena, Louisiana y en todo el país el 20 de septiembre.

El caso de los Seis de Jena empieza con el dogal—un símbolo de terror que se remonta a la época cuando los linchamientos realizados por el Ku Klux Klan y otras pandillas racistas fueron usados para echar atrás los logros de los esclavos libres, romper las posibilidades de una alianza entre los trabajadores negros y los blancos e imponer un status de segunda clase para los negros. En las décadas entre la Reconstrucción Radical y el movimiento por los derechos civiles, miles de negros murieron a manos de los linchadores. Los linchamientos eran usados comúnmente para expulsar a los negros de sus tierras. Las bandas derechistas también atacaban a los inmigrantes y los judíos.

Rehusándose ser intimidados por esta violencia, a través de las décadas, los negros convencieron a la gran mayoría del pueblo trabajador en Estados Unidos que los linchamientos eran inaceptables. Trabajadores negros ayudaron a encabezar batallas que forjaron el movimiento sindical industrial en los años treinta, aumentando su auto confianza para luchar contra el terror racista y la segregación legal. Lucharon para acabar con la discriminación en las fuerzas armadas y la industria bélica durante la Segunda Guerra Mundial. A través de batallas masivas dirigidas por el proletariado en los años 50 y 60, el sistema de segregación legal Jim Crow fue derrocado.

El Times-Picayune de Nueva Orleáns reportó que se han colgado dogales en varias escuelas desde que el caso de los Seis de Jena empezó a recibir atención nacional. En Anoka, Minnesota, racistas quemaron una cruz de 10 pies de alto y seis de ancho frente a la casa de un residente negro. Agregado a esto, está la golpiza de un estudiante negro en Florida; el ataque contra la sede del Militant Labor Forum en Chicago; y otros actos de vigilantismo.

Se debe responder a estos ataques derechistas. Son intentos para recuperar el terreno perdido cuando trabajadores, agricultores y estudiantes se volcaron a las calles en decenas de miles para exigir justicia para los Seis de Jena.

Las acciones callejeras, mítines de protesta y otras acciones públicas son la vía para detener el vigilantismo y obtener justicia para los Seis de Jena, y no la dependencia en las leyes contra “crímenes de odio” o las cortes. El sistema de “justicia” capitalista está balanceado en contra de los trabajadores, especialmente los negros, desde el principio. La única forma de obtener justicia verdadera es a través de movilizaciones masivas como las que hemos visto en las semanas recientes.
 
 
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