Vol. 71/No. 35 24 de septiembre de 2007
Los carteles anuncian el renacimiento de Nueva Orleáns y los grandes hoteles y el casino del centro de la ciudad han reportado un record de ganancias. Pero muchos trabajadores enfrentan grandes obstáculos al tratar de regresar a trabajar y vivir aquí desde el desastre social precipitado por el huracán Katrina hace dos años.
Ninguno de esos apartamentos sufrieron mucho daño y sin embargo, no permiten que la gente viva en ellos, dijo Hayes, al pasar cerca de centenares de unidades de vivienda públicas vacías. Los hospitales están cerrados.
Y no más miren a esos pequeños mugrientes tráilers. Dos años después de Katrina y las gentes todavía están estancados en ellos, dijo refiriéndose a las 76 mil casas rodantes que continúan siendo usadas como vivienda temporaria en la Costa del Golfo.
Muchos trabajadores vinieron a Nueva Orleáns de otros estados y países para realizar trabajos de limpieza y reconstrucción. No solo se encontraron con viviendas malas, sino también alquileres altos, hospitales cerrados y carencia de otros servicios básicos. Muchos se han quejado que a veces los contratistas no les pagan después de largas jornadas de limpieza de las áreas dañadas por el huracán.
Mike Ware, un trabajador de la construcción que se mudó aquí de Indiana poco antes de Katrina, dijo, Me encontré sin nada después que pasó la tormenta.
Después encontré trabajo en Marrero, relató. Me iba en carro con un grupo de muchachos mexicanos todos los lunes, nos quedábamos en casas rodantes durante la semana y después regresábamos el sábado.
Realmente arreglamos esos tráilerstrajimos nuestros propios hornos de microondas, televisores, video caseteras, equipos de sonido, y otras cosas, dijo. Y un lunes regresamos y los patrones se lo habían llevado todolos tráilers y todas nuestras cosas junto a las esperanzas de que nos pagaran.
Sí, a veces terminas trabajando gratis, dijo Samuel Galán, un jornalero guatemalteco, mientras esperaba junto a media docena de trabajadores a que pasaran camiones que les ofrecieran trabajo.
Ahora tienes suerte si trabajas cuatro días a la semana, dijo Galán. Y ahora pagan menos.
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