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Vol. 71/Suplemento      Agosto de 2007

 
Informe sobre el desastre
minero de 1984 en Utah
 
El último gran desastre minero en el condado de Emery, Utah, fue un incendio en la mina Wilberg cerca de Orangeville. A continuación reproducimos un extracto del Militant del 11 de enero de 1985 que ofrece un informe testimonial sobre ese suceso. Los autores del artículo eran mineros del carbón que participaron en los esfuerzos de rescate del sindicato minero UMWA. Cecelia Moriarity trabajaba en la mina Wilberg donde ocurrió el incendio fatal.

POR JOE GEISER Y
CECELIA MORIARITY
 
PRICE, Utah—Diecinueve miembros del Local 2176 del UMWA, y ocho capataces y ejecutivos de la empresa, murieron en un incendio que empezó el 19 de diciembre de 1984 en la mina Wilberg, cerca de Orangeville, Utah..

Los cadáveres de los 26 hombres y una mujer permanecen en la mina, a pesar de los intentos de rescatarlos..

Todos los mineros estaban trabajando en una sección de la mina donde se usaba un longwall, la máquina más moderna y mecanizada para extraer el carbón. El día que ocurrió el incendio, la compañía se esforzaba por alcanzar un récord mundial de producción en 24 horas.

La Emery Mining ha intentado encubrir su responsabilidad por el desastre, alegando que el incendio fue probablemente consecuencia de un falla mecánica en el sistema de bandas usado para transportar el carbón a la superficie.

Pero en una rueda de prensa realizada el 28 diciembre en la sede del Local 2176 del UMWA, en Orangeville, dos sindicalistas que descubrieron el incendio dieron un informe presencial de la tragedia. Los hechos que describieron contradicen la versión de la gerencia.

En la conferencia de prensa hablaron Alex Tidwell y Clinton Price, miembros del UMWA. Ambos están encargados de supervisar la banda transportadora y mantener el sitio despejado de polvillo de carbón, cuya acumulación puede causar un incendio.

Según Tidwell y Price, el incendio empezó cerca de un cable eléctrico en el túnel de ventilación que conduce a la sección del longwall, y no en la banda transportadora.

Los dos obreros dijeron que el teléfono más cercano al incendio estaba descompuesto y por lo tanto no pudieron pedir socorro inmediatamente. Al propagarse el incendio hasta el motor de la banda transportadora, debería haberse prendido un mecanismo automático para generar espuma apagafuego; pero esto tampoco funcionó. “Burbujeaba, nomás”, dijeron.

A principios del otoño inspectores del MSHA encontraron carbón derrumbado y rocas que obstruían una ruta de escape. En lugar de ordenarle a Emery que despejara el derrumbe, le concedieron una exención de las reglas, o sea un permiso para mantener las operaciones a pesar de la violación de seguridad. Ya que el derrumbe nunca fue despejado, solo quedaron dos de las tres salidas de escape que normalmente eran accesibles a los mineros en la sección. El incendio comenzó en una de las rutas de escape y muy pronto alcanzó la segunda, obstruyendo ambas. La tercera ruta de escape quedó bloqueada por el derrumbe. Así quedaron atrapados los mineros del longwall.  
 
 
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