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Vol. 71/Suplemento      Agosto de 2007

 
Mineros, familiares en Utah denuncian
condiciones peligrosas antes de derrumbe
(portada)
 
POR BILL ESTRADA
Y CHRIS HOEPPNER
 
HUNTINGTON, Utah, 8 de agosto— “No creo que fue un terremoto, y no me sorprende que esto haya pasado”, dijo César Sánchez hoy en una entrevista. Su hermano Manuel Sánchez es uno de los seis mineros del carbón que, al cierre de esta edición, siguen atrapados por un enorme derrumbe en la mina Crandall Canyon, que no está sindicalizada.

El derrumbe se produjo el 6 de agosto a las 2:48 de la madrugada. Aún no se han establecido comunicaciones con los hombres, que se encuentran a 3.4 millas de la entrada de la mina y 1 500 pies debajo de la superficie. Unos 2 mil pies de escombros y piedras obstaculizan a los socorristas. La mina, conocida en esta zona como la Genwal, está en el vecino Cañón de Huntington.

Los hombres atrapados en la mina son Sánchez, Kerry Allred, Luis Hernández, Brandon Phillips, Carlos Payán y Don Erickson. Otros cuatro lograron escapar.

Los mineros dicen que la compañía los está presionando para que no hablen con nadie sobre lo que pasó. El jefe ejecutivo Robert Murray confirmó esto hoy en una rueda de prensa.

Pero la familia de Sánchez se ha pronunciado. “¿Por qué nos dicen que no hablemos con la prensa?” preguntó María Sánchez, su hermana. “¿Qué es lo que temen?”

Un minero de Crandall Canyon que trabajó el turno antes del derrumbe dijo al Militante que la compañía estaba usando el método de “minería de retirada”.

Se considera que el método de retirada es uno de los más peligrosos. Con este procedimiento, después de excavar una zona, los obreros sacan los últimos pedazos de carbón de las columnas que sostienen el techo, lo cual causa el colapso del techo.

La compañía niega que estaban usando la minería de retirada cuando se dio el derrumbe.

“Fue causado por un terremoto”, insiste Murray. “Fue un desastre natural”. Pero los científicos discrepan.

“Toda la evidencia indica que el colapso de la mina fue en sí el terremoto”, dijo Lee Siegel, científico de la Universidad de Utah, a la agencia noticiosa AP.

Siegel también dijo que en la historia documentada de Utah, jamás se ha dado un caso en que un temblor natural haya provocado el derrumbe de una mina. “En cambio, sí se han dado numerosos casos de colapsos que se registraron como terremoto”, dijo.

“Si resulta que un movimiento sísmico los mató instantáneamente, entonces eso está en manos del Señor”, dijo Murray ayer en una rueda de prensa.

“Murray ha demostrado que á el no le importan los mineros y sus familias”, dijo María Sánchez. Ella dijo que hoy Murray abandonó una reunión, donde se informaba a los familiares sobre los operativos de socorro, cuando los familiares empezaron a expresar su frustración por lo que hacía la compañía. “No hubo traducción para las familias de habla hispana”, dijo. Tres de los mineros atrapados son de México.

Las familias de los hombres permanecen aisladas en la escuela secundaria Canyon View Junior High School en Huntington. La Murray Energy Corp. ha alquilado todo el edificio. El departamento del sheriff del condado de Emery y la compañía están limitando el acceso a los familiares.

Los inspectores de la agencia de seguridad de las minas, MSHA, ha emitido 325 citaciones contra la Crandall Canyon por violaciones de seguridad desde enero de 2004. El mes pasado, los inspectores citaron a la compañía por no tener al menos dos escapes de emergencia. Era la tercera vez en menos de dos años que se citaba a la mina por la misma violación. La multa del año pasado fue de solo 60 dólares.

Las condiciones en Crandall Canyon no son muy diferentes de las de otras minas en esta zona, según los mineros.

Entre 2005 y 2006, Ved Dookhun trabajó en la mina hermana de la Crandall Canyon, la mina Tower cerca de Price. “Siempre se preocupaban con sacar la máxima cantidad de carbón”, dijo en una entrevista. En 2006, murió un operador de longwall cuando un trozo grande de carbón le pegó en la cara tras una explosión. “La producción no se detenía ni siquiera durante los cambios de turno”.

“Si te lastimabas perdías tu bono de seguridad, así que muchos trabajadores no reportaban las lesiones”, añadió Dookhun.

Solo una de las 13 minas en Utah está sindicalizada.

“En un operación no sindicalizada, estás limitado en lo que puedes hacer para que se cumplan las normas de seguridad”, dijo Bob Butero, director en la Región 4 del sindicato minero UMWA, en una entrevista hoy. “Bajo un convenio con el UMWA, el minero tiene derecho a alejarse del peligro”.

Alyson Kennedy y Peter Brandli contribuyeron a este artículo.  
 
 
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