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Vol. 71/No. 23      11 de junio de 2007

 
‘Revolución socialista en Cuba
acabó con discriminación a chinos’
Estudiantes en universidad de Los Angeles
discuten libro sobre generales cubano chinos
(especial)
 
POR WENDY LYONS  
LOS ANGELES, 15 de Mayo—Unas 80 personas, entre ellas estudiantes de varios cursos, participaron hoy en una discusión en la Universidad Estatal de California en Los Angeles sobre Nuestra historia aun se esta escribiendo: la historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, publicado por la Editorial Pathfinder.

Donald Bray, profesor emérito de ciencias políticas, moderó el evento. Describió como él y Marjorie Bray, otra profesora de la universidad, hasta hace dos años cuando el gobierno norteamericano hizo más estrictas las restricciones para viajar a Cuba, llevaban a estudiantes todos los años a ese país como parte de un programa de estudio.

Ambos auspiciaron el evento, como también los departamentos de Estudios Latinoamericanos, Programa de Oportunidades Educativas, Estudios Panafricanos, Estudios Asiático-Americano y la profesora Stephanie Evans.

La reunión empezó con la presentación de un segmento del documental Ancestors in the Americas (Antepasados en las Américas), el cuál describe como los chinos fueron llevados a Cuba en el siglo XIX como trabajadores por contrato. Describe la participación de éstos trabajadores en la lucha por la independencia de Cuba de España en el siglo XIX y en la Revolución Cubana de 1959.

Seguidamente habló Mary-Alice Waters, la editora de Nuestra historia aún se está escribiendo. Dijo que el libro es una introducción a la Revolución Cubana. La historia de sus autores es parte de la historia del pueblo trabajador cubano, de cómo se rehusaron a someterse a las indignidades y brutalidades de la dictadura bajo la cuál vivían.

“Cuando el gobierno revolucionario llegó al poder, la mayoría no la miraban como una revolución socialista”, dijo Waters. A medida que los trabajadores cubanos realizaban una reforma agraria, una campaña de alfabetización y tomaron control de los recursos de su país, “chocaron con el imperialismo norteamericano, el cuál estaba determinado en devolver la tierra y las fabricas a sus antiguos dueños. El pueblo cubano decidió defender lo que habían ganado, y ese fue el inicio de la revolución socialista”.

Una de las razones por la cual el libro tiene tan buena acogida en Estados Unidos y en otros países, dijo Waters, “es por la creciente lucha por la legalización de los trabajadores inmigrantes”. Waters señaló las marchas del 1 de mayo y las manifestaciones aquí para protestar contra el motín policial en el parque MacArthur contra un mitin del Primero de Mayo.

“¿Cómo los chinos están conservando su cultura en Cuba?” fue una de las preguntas en el periodo de debate.

“Los cubanos se enorgullecen de su herencia”, dijo Waters. “Ellos dicen que Cuba es una tercera parte negro, una tercera parte europeo y una tercera parte chino. Su nación fue forjada de la lucha en contra de la esclavitud y de los contratos de servidumbre. Aunque en Cuba no ha habido una gran inmigración de China por muchas generaciones, ha renacido el interés en las tradiciones culturales chinas reflejadas en muchas organizaciones culturales chinas por todo el país. Más personas están estudiando el idioma chino. El aumento en las relaciones de intercambios comerciales con China también es un factor”.

“¿Qué porcentaje del bloqueo económico norteamericano en contra de Cuba tiene que ver con los intereses de Washington y que porcentaje tiene que ver con los de los cubanos en Miami?” preguntó un estudiante.

“La política exterior de Washington es decidida por la clase dominante aquí, no por la ex clase dominante de Cuba”, respondió Waters, refiriéndose a los cubanos de Miami que se fueron del país después del triunfo de la revolución en 1959. “La verdad es que organizaciones como la Fundación Nacional Cubano Americana son obras de Washington. El gobierno estadounidense es hostil con Cuba porque su pueblo y su dirección revolucionaria se rehúsan a echarse atrás”.

“¿Cómo se involucró en la edición de éste libro?” preguntó otro estudiante.

“Cuando yo era universitaria, la Revolución Cubana estaba naciendo”, dijo Waters. “En respuesta a esa revolución y a la profundización de la lucha por los derechos civiles aquí, yo me hice socialista. Este libro ayuda a mostrar que es una verdadera revolución —algo hecho por millones— y lo que puede lograr una revolución”.

“Yo no sabía nada de Cuba”, dijo Diana Ramírez, una estudiante, después de la reunión. “Ahora quiero aprender mas”.  
 
 
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