Vol. 71/No. 22      4 de junio de 2007

POR EREK SLATER  
CHICAGO, 6 de mayo—Con carteles de “¡No más redadas ni deportaciones! ¡Tropas fuera de Iraq y Afganistán!”, miembros de la Juventud Socialista marcharon junto a más de 150 mil personas el Primero de Mayo aquí para exigir la legalización incondicional para todos los trabajadores indocumentados.

Miles de estudiantes de secundaria y universitarios se ausentaron también de sus aulas y participaron en la manifestación.

Este reportero, un chofer para la Autoridad de Tránsito de Chicago, estuvo entre los manifestantes.

Cuando me reporté a trabajar la mañana del Primero de Mayo para decirle a mis compañeros de trabajo que iba a marchar, los supervisores me dijeron que me habían asignado a manejar un autobús “fletado de la policía” para llevar policías al acto del Primero de Mayo. También me dijeron que “de ser necesario” la policía utilizaría el autobús para transportar a la cárcel a manifestantes esposados. Los supervisores amenazaron con suspenderme por un mes si no aceptaba la tarea.

Yo rehusé, diciéndole a mis compañeros de trabajo que yo vivía en La Villita en Chicago donde la policía hizo una redada tipo militar con chalecos antibala y ametralladoras en uno de nuestros centros comerciales el 25 de abril. Muchos compañeros de trabajo afroamericanos contaron historias sobre casos de acoso e intimidación por la policía en el lado sur de Chicago. Juntos les dijimos a los patrones que yo iba a la marcha, no a ayudar a manejar la furgoneta de la policía.

Al final, los patrones se echaron atrás, y me dieron el día libre sin paga para irme a la marcha.

Después del Primero de Mayo, muchos compañeros de trabajo me dijeron que estaban contentos que marché, y uno dijo que en el futuro todos deberíamos rehusar manejar los buses para transportar policías asignados a reprimir acciones obreras.

El día del mitin del Primero de Mayo, la Juventud Socialista tuvo la oportunidad de hablar con muchos jóvenes que expresaron la determinación de millones en la clase trabajadora en Estados Unidos de luchar por mejores condiciones de trabajo y de vida.

“La gente viene de otros países a trabajar”, nos dijo Elizabeth Hernández, estudiante de la escuela secundaria Kelvyn Park. “No merecemos que nos traten como animales”.

“Todos debemos tener los mismos derechos”, dijo Santos Rodríguez, un joven instalador de alfombras. “No nos van a humillar”.

Muchos jóvenes marcharon con camisetas y pancartas que mostraban fotos de Ernesto Che Guevara, un dirigente de la Revolución Cubana nacido en Argentina. Los miembros de la Juventud Socialista aprovecharon para explicar lo que muchos desconocían: que el Che ayudó a dirigir a millones de trabajadores y agricultores cubanos para que tomaran el poder en sus propias manos, derrocar al capitalismo y unirse a la lucha mundial para forjar una sociedad basada en la solidaridad humana y la igualdad social. Les dijimos que la JS defiende a la Revolución Cubana porque muestra que una revolución socialista es necesaria y posible.

Hoy, la Juventud Socialista marchó en solidaridad con un grupo de huelguistas de Fox Valley Forge en Aurora, Illinois. Los huelguistas participaron en el acto anual del Cinco de Mayo en Aurora. Decenas de espectadores saludaron al contingente de huelguistas y sus partidarios. Los trabajadores de la Fox Valley Forge han estado en huelga por dos meses exigiendo mejores condiciones de trabajo.

Mediante estas acciones, todos aumentamos nuestra confianza para continuar la lucha para exigir: ¡Alto a las redadas y deportaciones! ¡Legalizar a todos los indocumentados ya!

Christian Castro contribuyó a este artículo.

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