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Vol. 71/No. 6      12 de febrero de 2007

 
Migra arresta a 21 obreros en
matadero Smithfield
Detenidos podrían ser deportados;
empresa amenaza con despedir a 600
(portada)
 
POR SETH DELLINGER  
WASHINGTON, 31 de enero—Agentes del Departamento de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) arrestaron hace una semana a 21 trabajadores en la planta Smithfield Foods en Tar Heel, Carolina del Norte, el matadero de cerdos más grande del mundo. Los trabajadores fueron llevados al Centro de Detención Stewart en Lumpkin, Georgia, y ahora se está procesando su deportación, informó el Fayetteville Observer el 26 de enero.

Con ayuda de la compañía, policías de inmigración entraron en la planta el 24 de enero y arrestaron a los trabajadores bajo “cargos administrativos” de supuestas violaciones de inmigración. Según informes, los agentes llegaron en carros no identificados y vestidos de civil. “Hemos cooperado completamente”, dijo al Observer Dennis Pittman, director de comunicaciones de Smithfield.

Los arrestos se dieron lugar después de que la compañía había anunciado que 541 trabajadores podrían ser despedidos porque supuestamente sus números de Seguro Social no coinciden con los archivos federales.

La Smithfield esta participando en el programa IMAGE del gobierno, bajo el cual checa los números de Seguro Social, nombres y fechas de nacimiento de todos los empleados en los registros federales.

Casi mil trabajadores empacadores de carne pararon labores el 16 -17 de noviembre para protestar el despido de 75 de sus compañeros de trabajo, quienes según la compañía tenían documentos falsos. La acción forzó a la compañía a restituir a los despedidos. La Smithfield dijo a los empleados que tenían 60 días para presentar los documentos de inmigración apropiados.

La planta de Tar Heel emplea a 5 mil trabajadores, quienes procesan 32 mil cerdos al día. Por más de una década los trabajadores en esta planta han estado involucrados en esfuerzos para organizarse en el sindicato de la industria alimenticia UFCW.

“La Smithfield tiene un largo historial de usar amenazas de arrestos por las autoridades de inmigración para intimidar a los trabajadores y esto es una continuación de ese patrón”, dijo Gene Bruskin, un dirigente de la Campaña por la Justicia en Smithfield, una coalición que cuenta con el respaldo del UFCW.

“La mayoría de los dirigentes de un paro en noviembre están en sus listas”, dijo Leila McDowell, vocera del UFCW, al Observer refiriéndose a los trabajadores amenazados con ser despedidos.

Esta semana, la Smithfield anunció un acuerdo con la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) en el que deberá pagar 1.5 millones de dólares en daños a trabajadores que fueron despedidos mientras participaban en una campaña de sindicalización. La compañía ha apelado las conclusiones de la NLRB de que había usado violencia e intimidación, incluso la amenaza de contactar a las autoridades de inmigración, contra los trabajadores que participaron en un paro en 2003 para protestar las condiciones de trabajo en la planta.

Después de los arrestos de la semana pasada la producción bajó hasta en un 50 por ciento en algunos de los departamentos, debido a que los trabajadores no se presentaron a trabajar, dijeron los representantes sindicales y trabajadores entrevistados por el Militante. La compañía hizo anuncios en la estación de radio en español para intentar convencer a los trabajadores a que regresaran a trabajar.

“Están perdiendo dinero, pero es su culpa”, dijo al Militante Consuelo Martínez, quien trabaja en el corte, en una entrevista telefónica el 30 de enero. Según Martínez, reportajes noticiosos en los canales de televisión local han mostrado a varios trabajadores vendiendo sus automóviles y sus casas rodantes y empacando sus cosas para regresarse a sus países de origen.

Otros trabajadores que han renunciado dijeron que están buscando empleos diferentes en el área de Tar Heel.

Willie Tate, un trabajador afroamericano en el frigorífico de la matanza, dijo que la compañía está tratando de usar los arrestos y las amenazas de despidos para “dividir y conquistar”. Tres días después de los arrestos, muchos compañeros de trabajo latinos se salieron del trabajo temprano durante el día cuando circularon rumores falsos de que la migra venía de regreso a la planta, dijo Tate. Después de este incidente, un compañero de trabajo latino acusó a unos trabajadores negros de haber llamado a las autoridades de inmigración. En respuesta, los trabajadores negros mencionados dijeron que los latinos “para comenzar no deberían de estar aquí”, relató Tate.

Cerca de la mitad de los trabajadores en la planta en Tar Heel son latinos y un tercio son afro americanos. Centenares de trabajadores empacadores de carne se rehusaron a trabajar el 15 de enero, el día del natalicio de Martín Luther King, para protestar el hecho de que la compañía se ha rehusado a reconocer este día de fiesta nacional como día feriado remunerado.

Tate dijo que la compañía ha promovido las divisiones en base a las nacionalidades como parte de sus intentos de impedir que los trabajadores defiendan sus derechos y se organicen. “Necesitamos el sindicato aquí”, dijo Tate.  
 
 
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