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   Vol. 70/No. 37           2 de octubre de 2007  
 
 
Brasil obliga a Bolivia a suspender medida
de nacionalización de gas
(portada)
 
POR RÓGER CALERO  
El gobierno de Bolivia encabezado por el presidente Evo Morales anunció el 14 de septiembre que suspendería su decisión de tomar control de las operaciones bolivianas de Petrobras, la compañía estatal de Brasil.

Las autoridades bolivianas suspendieron esta medida, que habría puesto bajo control estatal las únicas dos refinerías de petróleo en Bolivia, después de que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva la denunciara como “inaceptable”.

El gobierno socialdemócrata de Brasil amenazó con tomar medidas más severas si Bolivia persistía con “actitudes unilaterales”.

“Se puede contemplar algo más severo con Bolivia,” dijo da Silva, según la agencia AP.

El gobierno boliviano decretó en mayo la nacionalización de las reservas de gas natural y petróleo en el país. Aplicando esa ley, el ministro de hidrocarburos de Bolivia anunció el 12 de septiembre que la compañía estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), tomaría control de las refinerías de Petrobras y establecería nuevos precios para el gas natural de Petrobras exportado a Brasil.

La ley de nacionalización le permite a Bolivia aumentar —del 18 al 50 por ciento— los impuestos y las regalías que le cobra a las compañías extranjeras. También requiere que las compañías extranjeras de energéticos firmen nuevos contratos con la YFPB en un plazo de 180 días desde la fecha del decreto. Durante el periodo de transición, la ley estipula que el estado boliviano recibirá el 82 por ciento de los ingresos y que los inversionistas extranjeros obtendrán un 12 por ciento.

Desde mayo, Petrobras y el gobierno boliviano habían llegado a un punto muerto en sus negociaciones sobre los impuestos, precios de exportación y otras condiciones comerciales. El gobierno de Bolivia había propuesto un incremento del 87 por ciento al precio del gas natural exportado, de 4 dólares por un millón de unidades térmicas (BTU) a 7.50 dólares. Los funcionarios de Petrobras dijeron que resistirían la medida.

Los funcionarios de Brasil y de Petrobras se han pronunciado en contra de la nacionalización desde que se anunció. Suspendieron las inversiones de Petrobras y amenazaron con llevar al gobierno de Bolivia a una corte internacional para buscar indemnización por las dos refinerías si la medida no era revocada.

La crisis entre los dos gobiernos ha subrayado la dominación económica de Brasil en la región, así como la trayectoria que ha seguido el gobierno de Lula en defensa de los intereses de la clase capitalista de Brasil.

Petrobras es el mayor inversionista extranjero en Bolivia. Sus operaciones producen el equivalente del 20 por ciento del producto doméstico bruto de esa nación.

“Tenemos que mirarlos [a los bolivianos] con los ojos de una economía más grande y ayudarlos a desarrollarse”, dijo da Silva a la prensa el 14 de septiembre.

Los trabajadores y campesinos en Bolivia han luchado por muchos años contra lo que consideran el robo de sus recursos petroleros y de gas natural por los monopolios energéticos extranjeros. Al librar esta lucha han derrocado a dos gobiernos sucesivos.

La principal demanda de la campaña electoral que llevó a la presidencia a Evo Morales fue la nacionalización de los recursos energéticos, incluyendo el aumento de las regalías cobradas a los inversionistas extranjeros.  
 
 
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