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   Vol. 70/No. 18           8 de mayo de 2006  
 
 
Bush: ‘No a deportaciones en masa’
Clinton: ‘Construir muro fronterizo’
(portada)
 
POR RÓGER CALERO  
El debate en los círculos gobernantes de Estados Unidos sobre la “reforma” migratoria continúa en medio de importantes movilizaciones por los derechos de inmigrantes en todo el país.

El presidente George Bush dijo el 24 de abril que está en contra de las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Reiteró su propuesta de un programa de “trabajadores huésped” para mantener el flujo de inmigrantes como mano de obra y ponerla más bajo el control de los patrones y del gobierno. Indicó estar a favor de medidas que se debaten en el Congreso para regularizar la situación legal de los 12 millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos imponiendo condiciones como elevadas cuotas y un plazo de varios años.

En una entrevista publicada dos días antes en el New York Daily News, la senadora Hillary Clinton, aspirante a la candidatura demócrata para la presidencia de Estados Unidos, abogó por la construcción de un muro sobre gran parte de la frontera con México.

“Un muro sería apropiado en ciertas zonas,” dijo, con tal que no sea un muro “tonto” que pueda ser escalado o eludido por túneles subterráneos. Abogó por un “muro inteligente” agregando, “Existe tecnología que podría usarse para el muro que detectaría a personas que se acerquen desde 250 ó 300 yardas de distancia y que alertaría a los agentes de patrulla para que pudieran responder”. El muro de separación que Tel Aviv está construyendo para separar la Franja Occidental de Israel podría guiar a Washington, dijo Clinton.

La senadora demócrata dijo que aplaudía las medidas enérgicas de Washington contra los patrones que contratan a trabajadores inmigrantes indocumentados. Tales medidas, junto con la “seguridad de la frontera”, tienen que hacerse primero, antes de implementar cualquier medida para regularizar la situación de los inmigrantes que están dentro en Estados Unidos, agregó Clinton.

“El proceso de legalización podría empezar unos “12 a 24 meses” después de ponerse en vigor las medidas de control fronterizo, dijo al News.

Clinton se sumó a otros críticos de la administración Bush acusando al presidente de ser “blando” e “incompetente” en la aplicación de la ley.

El diario conservador New York Post también criticó a Bush por no aplicar las leyes de inmigración existente. En la edición del 25 de abril informó que entre 1995 y 1997, bajo la administración Clinton, los agentes federales arrestaron entre 10 mil a 18 mil trabajadores indocumentados en centros de trabajo, y mil patrones recibieron multas por emplearlos. “En cambio, bajo la administración Bush, el número de arrestos en los centros de trabajo disminuyó a 159 en 2004, con un total majestuoso de tres avisos de intento de multas entregados a patrones. Por los tanto, el número de arrestos en los centros laborales bajo el presidente Bush han caído en un 97 por ciento desde los niveles clintonianos, aun cuando ocurrió después el 11 de septiembre”, dijo el Post.

El día antes, en una reunión con un grupo de empresarios del Condado Orange durante una visita de cuatro días a California, Bush adoptó un tono diferente. “La deportación en masa de la gente que ya está aquí no es realista”, dijo Bush. “Se puede oír a gente exclamando que sí funciona. No va a funcionar”.

Bush respondía a los partidarios del proyecto de ley 4437 (proyecto Sesenbrenner), aprobado por la Cámara de Representantes en diciembre a iniciativa de su partido. Esta ley convertiría en delito grave el estar en Estados Unidos sin los documentos correctos y penalizaría a quienes ayuden a un inmigrante indocumentado. La delegación republicana del Condado Orange había apoyado unánimemente esta medida.

El gobierno ya está aumentando la patrulla fronteriza y utilizando la tecnología existente para vigilar la frontera con México ya se está haciendo adecuadamente, dijo Bush. “La mejor forma de mantener nuestra frontera”, agregó “es con un plan lógico que reconocza a la gente que viene aquí a trabajar y deje que lo haga de forma temporaria”.

El presidente dijo que su programa de “trabajadores huésped” daría a los patrones la opción de contratar a trabajadores inmigrantes para empleos que “los americanos no harán”. El uso de un carnet federal de identidad “a prueba de falsificación”, que los trabajadores temporales tendrían que presentar, reduciría la contratación de “ilegales”, dijo Bush.

Al tiempo que rechazó las propuestas de legalización inmediata para los indocumentados, Bush dijo que debe haber un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que ya están en el país, pero que éstos deben “pagar una multa por estar aquí ilegalmente, comprometerse a aprender inglés… y ponerse al final de la fila”.

El Senado está debatiendo una medida, propuesta por el republicano John McCain y el demócrata Edward Kennedy, que incluye versiones de la propuesta de Bush.
 
 
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