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   Vol. 70/No. 15           17 de abril de 2006  
 
 
Reclaman en Puerto Rico: ˇLiberen a Camacho!
(portada)
 
POR MARTÍN KOPPEL  
SAN JUAN, Puerto Rico—En un mensaje enviado desde la cárcel el 30 de marzo, el independentista puertorriqueño Antonio Camacho dijo que su arresto por agentes del FBI dos días antes pretendía intimidar al pueblo puertorriqueño y “reprimir los anhelos de rescatar nuestra soberanía”.

Reclamando la libertad de Camacho, decenas de personas montaron una línea de piquete el 1 de abril frente a la prisión federal en San Juan donde está recluido. Uno de los manifestantes, Ramón Figueroa Sorrentini, dijo en una entrevista telefónica que a raíz de la acción se había formado una nueva coalición, Unidos Contra la Represión, que organizará actos de protesta todos los sábados para exigir su excarcelación.

“Lo han puesto a Antonio en el calabozo,” dijo su abogada Linda Backiel en una entrevista telefónica el 30 de marzo. “Dice que no tiene acceso a la medicina que necesita”.

Entre cuatro y seis agentes del FBI arrestaron a Camacho el 28 de marzo, minutos después de que abandonara el recinto de la Universidad de Puerto Rico donde había participado en la sesión inaugural del Primer Congreso para la Descolonización de Puerto Rico. El era uno de los principales organizadores de la conferencia.

Mientras los agentes del FBI lo encañonaban, Camacho les respondió, “ˇSon los asesinos de Ojeda!” según su declaración del 30 de marzo. El pasado 23 de septiembre, agentes del FBI asesinaron a Filiberto Ojeda Ríos, dirigente del grupo independentista Macheteros, en su casa en el occidente de la isla.

Funcionarios del FBI dijeron a los medios de difusión que habían actuado en base a una orden de detención fechada el 20 de agosto de 2004, en la que se le acusaba de no reportarse a los funcionarios encargados de su libertad condicional. Camacho ha pasado 15 años en prisiones estadounidenses por sus actividades independentistas. Fue uno de los independentistas sentenciados en el caso fabricado en relación al robo de un camión blindado de la Wells Fargo en Hartford, Connecticut, en 1983. Las autoridades federales lo pusieron en libertad condicional en 1997, 2001 y 2004, y en cada una ocasión lo volvieron a arrestar por no acatar las onerosas condiciones de libertad bajo palabra.

En su declaración, Camacho reiteró que no reconoce la autoridad de Washington sobre Puerto Rico, una colonia estadounidense. “El tribunal federal no está en Puerto Rico para repartir justicia, sino para secuestrar la soberanía del pueblo de Puerto Rico e impulsar las políticas imperialistas expansionistas de los Estados Unidos. Lo que es bueno para el cazador no es bueno para la liebre”, dijo.

El FBI escogió este momento para arrestarlo a fin de desbaratar el congreso para la descolonización, “que ha tenido una acogida por todos los sectores anticoloniales”, dijo Camacho.

Los organizadores del Primer Congreso para la Descolonización, celebrado del 28 al 30 de marzo, realizaron una rueda de prensa tras el arresto de Camacho para exigir su puesta en libertad y condenar los ataques del FBI contra el movimiento independentista.

La conferencia, a la que concurrieron cientos de personas en el transcurso de los tres días, convocó a una serie de actividades para los meses que vienen, incluyendo una campaña de educación sobre la lucha contra el dominio colonial estadounidense, una manifestación nacional por la descolonización de Puerto Rico y un segundo congreso para la descolonización, proyectado a celebrarse en Nueva York. Una delegación del Consejo Nacional para la Descolonización se sumará a otras fuerzas independentistas para testificar en las vistas del 12 de junio ante el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.

El día después del arresto de Camacho, un grupo de estudiantes organizó una caravana de autos del recinto universitario al capitolio del Congreso de Puerto Rico con pancartas que declaraban “ˇFuera FBI! ˇLibertad para Antonio Camacho!” Se unieron a una manifestación convocada por Movimiento Independentista Nacional Hostosiano. Los manifestantes protestaron contra la decisión de la Cámara de Representantes de Puerto Rico de darle un reconocimiento a Julio Labatud, empresario derechista de origen cubano que ha sido vinculado al asesinato en 1979 de Carlos Muñiz Varela. Este era dirigente de la Brigada Antonio Maceo, organización fundada por jóvenes nacidos en Cuba para defender la Revolución Cubana.

Mil personas se concentraron en la protesta contra Labatud. Entre otros hablaron Carlos Muñiz Pérez, hijo de Muñiz Varela, y Raúl Alzaga, uno de los fundadores de la Brigada Antonio Maceo. Alzaga, estrecho colaborador de Muñiz Varela, se ha dedicado durante años a exponer el papel de la policía puertorriqueña y de derechistas exiliados cubanos en el asesinato de Muñiz, así como la complicidad del FBI para encubrirlo. A pesar de existir pruebas importantes, el gobierno estadounidense jamás ha procesado a nadie por este crimen.

En el acto también habló Rosi Mari Pesquera, independentista y hermana de Santiago “Chagui” Mari Pesquera, cuyo asesinato en 1976 también ha sido ligado a derechistas cubanos. Los independentistas está conmemorando el 30 aniversario de su muerte para arreciar su campaña por la justicia en su caso.

La prensa capitalista aquí intentó desprestigiar la manifestación tachándola de “motín”, según dijo El Nuevo Día en su titular del 30 de marzo, aprovechando un incidente en que varios manifestantes entraron al edificio del Congreso y quebraron unos vidrios en su interior. Han radicado cargos contra dos personas por el hecho.

Desde la muerte de Ojeda Ríos en septiembre, el FBI ha llevado a cabo nuevos ataques contra el movimiento independentista, lo que ha provocado protestas y ampliado el odio popular hacia la policía federal. El 10 de febrero, agentes del FBI fuertemente armados allanaron los hogares de media docena de independentistas por toda la isla, llevándose computadoras, archivos y otros artículos personales. En Río Piedras en San Juan, los residentes reaccionaron furiosos ante los agentes, quienes rociaron con gases lacrimógenos a un grupo de periodistas. Los funcionarios del FBI alegaron que los allanamientos iban destinados a prevenir un “ataque terrorista interno” supuestamente planeado por independentistas.

En respuesta, más de mil personas, portando una gigantesca bandera puertorriqueña, marcharon por una de las principales avenidas de San Juan coreando “Fuera FBI” y “Puerto Rico se respeta”.

Entretanto, el gobierno de Puerto Rico ha presentado una queja ante un tribunal federal contra el Departamento de Justicia estadounidense por obstruir la investigación local del asesinato de Ojeda Ríos por el FBI.  
 
 
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