Como la mayoría de los obreros en la planta, Díaz gana menos de 8 dólares la hora y no recibirá una pensión de jubilación. Según el sindicato, los salarios en esta fábrica están un dólar por debajo del promedio de la industria. El contrato venció el 31 de octubre.

El día de Año Nuevo, los huelguistas recibieron con entusiasmo la visita solidaria de trabajadores de otra lavandería de Angelica en Los Angeles. Los huelguistas también han enviado delegaciones a otras fábricas de Angelica, incluyendo sus dependencias en San Diego y Pomona, donde muchos trabajadores se enteraron de la huelga por primera vez.

Angelica tiene 32 fábricas en Estados Unidos, muchas de ellas en California. La empresa ofrece servicios de lavandería a hospitales y otros centros de salud. Las dos terceras partes de sus plantas están representadas por el sindicato UNITE-HERE. En mayo, los trabajadores de varias otras plantas de Angelica realizaron huelgas de 24 horas en sus luchas por un contrato. Los obreros de algunas de las otras dependencias de la empresa están intentado sindicalizarse.

Lou Pacheco, miembro del Comité de Justicia de la unión, rechazó las declaraciones que hizo a la prensa el gerente de la fábrica, Roscoe Morrissette, de que Angelica había ofrecido un buen plan de pensiones y un aumento salarial del 5.4 por ciento. Pacheco dijo que la oferta inicial de la patronal era de aumentos salariales de entre 10 y 15 centavos por año, lo que los trabajadores consideran un insulto.

Un volante distribuido por el sindicato informaba que “la oferta final” de la empresa era de aumentos salariales por hora de 40 centavos el primer año y 25 centavos el segundo y tercer año. El salario para nuevos empleados es de 7 dólares la hora.

Solo un puñado de miembros del sindicato han cruzado las líneas de piquetes, informan los huelguistas. La empresa continúa un cierto nivel de producción con trabajadores temporales. Decenas de huelguistas mantienen las líneas de piquetes las 24 horas del día. Dijeron que algunos trabajadores temporales que se habían presentado para trabajar se convencieron de no cruzar las líneas de piquete.

“El patrón dice que es un buen lugar para tu futuro”, dijo Augustín Cervantes, quien lleva tres meses en la lavandería. “Yo gano 7 dólares la hora. ¿Qué tipo de futuro es ese?”  
 
 
Front page (for this issue) | Página inicial | Página inicial en versión de texto