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   Vol. 70/No. 2           16 de enero de 2006  
 
 
Transportistas en N.Y. orgullosos de
mantenerse firmes frente a ataque patronal
(portada)
 
POR MICHAEL ITALIE
Y ARRIN HAWKINS
 
NUEVA YORK—Casi 34 mil trabajadores de autobuses y trenes subterráneos volvieron al trabajo el 23 de diciembre tras una huelga de tres días, orgullosos de su fuerza al hacerle frente a los ataques a las pensiones, el seguro médico y las condiciones de trabajo a pesar de la ley Taylor, que prohíbe los paros de empleados públicos.

“Yo saldría en huelga otra vez, ahora mismo, por un mejor contrato”, dijo el chofer de bus Anthony Dejesus el 2 de enero en la base Michael J. Quill en Manhattan.

Bajo la ley Taylor, los empleados públicos en el estado de Nueva York que salen en huelga pueden ser multados dos días de salario por cada día de paro. En este caso los transportistas podrían recibir multas de hasta mil dólares cada uno. Al Local 100 del sindicato TWU ya se le impuso una multa de 3 millones de dólares, y los tribunales deben realizar más audiencias sobre el pago de estas multas.

El 20 de diciembre, cinco días después de vencer el convenio, los transportistas paralizaron las operaciones de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA), administrada por el estado, ante la negativa de la gerencia de ceder en su insistencia de imponer un plan dual de jubilación. Bajo esa propuesta los nuevos empleados tendrían que pagar un 6 por ciento de sus salarios para el fondo de pensiones.

“Valió la pena salir en huelga porque mantuvimos nuestra igualdad de condiciones: los trabajadores activos y los trabajadores nuevos”, dijo Daniel Bozan, un mecánico de autobuses en el Bronx. La demanda patronal de un plan dual “habría creado una división entre los miembros, y al final los nuevos empleados con peores beneficios serían la mayoría”.  
 
Condiciones del contrato
El 27 de diciembre la junta ejecutiva del Local 100 y la MTA anunciaron un pacto sobre el cual los miembros del sindicato votarán por correo en las próximas semanas. La MTA retiró su demanda de pensiones. Pero los negociadores del sindicato aceptaron la introducción de un pago del 1.5 por ciento de los salarios para el plan médico.

“Si empezamos a pagar aunque sea el 1 por ciento para el seguro médico, habrá que pagar aún más en el futuro”, dijo Donald Tough al salir del trabajo el 3 de enero en la base de mantenimiento de trenes del norte de Manhattan. “Y no solo para nosotros sino para todos los trabajadores municipales”.

La propuesta de contrato afirma, “En años futuros, la tasa de contribución del 1.5 por ciento será incrementada en la medida que la tasa de aumento del costo de beneficios de salud exceda las alzas salariales generales”.

Vida Acevedo, chofer de bus en la base Jackie Gleason en Brooklyn, opinó que la propuesta inicial había sido mejor porque las concesiones no afectaban a los empleados actuales. “La gente nueva aún no ha sido contratada”, dijo. “Les queda 30 años para luchar para recuperar la pensión”.

El acuerdo aumentaría los salarios cada año en un 3 por ciento, 4 por ciento y 3.5 por ciento durante el plazo de 37 meses. Los jubilados que son demasiado jóvenes para recibir los beneficios de Medicare o que viven fuera del área metropolitana de Nueva York recibirían los mismos beneficios médicos que los trabajadores activos. Según el resumen de contrato difundido por el Local 100, los trabajadores recibirán “licencia por maternidad por primera vez” y celebrarán como día feriado pagado el natalicio de Martin Luther King, el 15 de enero.

Bajo el contrato, hasta 20 mil miembros del Local 100 podrían ser reembolsados por pagos excesivos al fondo de pensiones entre 1994 y 2001. Según informes noticiosos, un “acuerdo suplementario” compromete a la MTA a sufragar los costos de este reembolso si el gobernador George Pataki veta la ley que hace falta para financiar los reembolsos.

“Nunca se me informó ni tuve conocimiento de un acuerdo suplementario”, dijo Pataki el 1 de enero. “Dejé claro desde el principio: no se recompensan las huelgas ilegales”.

Los medios de comunicación capitalistas han tratado de convencer al pueblo trabajador de que no se gana nada al luchar por sus derechos. “Esta fue una huelga que nunca tuvo que darse, y esperamos que resuene ese mensaje en el futuro”, afirmó el New York Times en un editorial publicado el 29 de diciembre.

Respecto a las condiciones de trabajo, el convenio solo ofrece la promesa de la MTA de contratar a un consultor para revisar el sistema disciplinario bajo el cual los patrones impusieron 15 mil medidas disciplinarias contra los trabajadores en 2004.

Salvador Soto, empleado de mantenimiento de buses en la empresa Triboro Coach, dijo que la propuesta de convenio “no hace los cambios necesarios en el sistema disciplinario. Ellos te castigan por cualquier cosita”. Soto es uno de los 700 miembros del Local 100 que trabajan en las empresas privadas Jamaica Buses y Triboro, que pasarán a manos de la MTA a principios del año. Estos obreros, que no tienen contrato desde hace tres años, pararon labores un día antes que los empleados de la MTA.

“La MTA siempre anda con sus jugarretas, y usa la ley Taylor para oprimirnos”, dijo Soto. “Pero sí tuvimos razón en salir en huelga. Nos mantuvimos unidos. Regresamos orgullosos. Demostramos que estamos unidos y tenemos una voz”.

Brian Taylor contribuyó a este artículo.  
 
 
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