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   Vol. 69/No. 50           December 26, 2005  
 
 
Protesta en Nueva Orleans
exige ‘Justicia tras Katrina’
(portada)
 
POR ANTHONY DUTROW
Y JOSÉ ARAVENA
 
NUEVA ORLEANS—Cientos de personas se congregaron aquí el 10 de diciembre en la Plaza Congo para marchar al ayuntamiento. “Justicia después de Katrina” era la consigna que portaban en pancartas.

“ˇVolvimos! ˇVolvimos!” coreaban al marchar. Muchos eran residentes que, desplazados desde el huracán Katrina, volvieron para participar en la concentración. Un buen número llegó de otras ciudades en Texas y Louisiana.

Más de 300 mil personas han quedado desplazadas. Muchas han encarado aumentos drásticos de alquileres y la inacción de la agencia federal FEMA ante las solicitudes de viviendas u otra ayuda. Actualmente viven unas 65 mil personas en Nueva Orleans, que antes del ciclón tenía medio millón de habitantes.

De Jackson, Mississippi, llegaron personas que habían asistido a la conferencia “Justicia después de Katrina”. Unas 300 personas, incluidos muchos damnificados, concurrieron a la conferencia, que elaboró demandas al alcalde Ray Nagin: viviendas dignas para los evacuados y amparo contra desahucios y alquileres usureros.

“Queremos que se escuche nuestra voz”, dijo Malcolm Suber desde la escalinata del ayuntamiento. “El gobierno promete todo y no te da nada”.

Suber y Cherice Harrison-Nelson son coordinadores del People’s Hurricane Relief Fund and Oversight Coalition (Fondo Popular para los Damnificados y Coalición de Supervisión), que organizó la conferencia de Jackson y la manifestación aquí.

También habló Sarah White, miembro de la junta del Centro de Trabajadores de Mississippi y representante del Local 1529 del sindicato de la carne UFCW, que representa a los trabajadores del bagre en Mississippi. “Esto no empezó en Nueva Orleans”, dijo. “Durante años, en la delta del Mississippi, hemos sido acosados, maltratados, ahorcados, matados. La lucha contra el racismo no empezó aquí, pero es aquí donde queremos que se acabe”.

Bilal Mustafaa Mustaqeem trabajaba en una imprenta aquí que quedó destruida por la tormenta. Explicó que venía a relatar cómo había sido encarcelado y golpeado por la policía de Nueva Orleans después de Katrina.

Brian Thompson, miembro del Consejo Metalúrgico del astillero Ingalls en Pascagoula, Mississippi, ahora vive en Biloxi. “No quiero que se ignore a nadie que fue afectado por Katrina”, dijo al Militante. “Por eso estoy aquí en solidaridad con todos nosotros en la Costa del Golfo”. Thompson, que ya volvió al trabajo, dijo que un 30 por ciento de sus compañeros siguen cesantes.  
 
 
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