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   Vol. 69/No. 24           June 27, 2005  
 
 
Campaña PST impugna juramento de lealtad
(la portada)
 
POR TONY LANCASTER  
PITTSBURGH—Jay Ressler, un minero de carbón que es candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Pittsburgh, y sus partidarios hicieron campaña el 4 de junio en East Liberty, un barrio obrero en esta ciudad.

“El PST presenta una alternativa obrera frente a los demócratas, republicanos y todos los demás partidos capitalistas”, dijo Ressler. “Estamos haciendo campaña no solo para explicar a decenas de miles de personas lo que representa y defiende nuestro partido, sino para oponernos a la exigencia del estado de Pennsylvania de que los candidatos deben firmar un juramento de lealtad”.

El juramento, basado en una ley promulgada en 1951, durante la época macartista, recientemente fue reincorporado a los documentos que los candidatos deben firmar al entregar las peticiones de nominación para poder figurar en la boleta electoral. Los candidatos deben jurar, “No soy una persona subversiva según lo define la Ley de Lealtad de Pennsylvania”.

La ley define como subversiva a toda persona que supuestamente cometa o abogue por un acto destinado a derrocar al gobierno por “la fuerza o la violencia, o que sea “miembro de una organización subversiva”.

Dichas leyes se originan en los intentos de perseguir a trabajadores combativos y al movimiento obrero en su conjunto. El primero de estos programas comenzó a fines de los años 30 bajo órdenes del presidente Franklin Roosevelt cuando Washington se aprestaba a intervenir en la Segunda Guerra Mundial. Se creó una comisión sobre lealtad y seguridad, y el fiscal general investigó a organizaciones para decidir si catalogarlas como comunistas, fascistas u otros grupos “subversivos”.

En marzo de 1947 el presidente Harry Truman firmó una orden ejecutiva que impuso el Programa de Lealtad de Empleados para los empleados civiles del gobierno; también prohibía la contratación de miembros de organizaciones “subversivas”. Esto llevó a la creación de la Lista del Fiscal General de organizaciones proscritas, entre ellas el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Comunista y otros grupos. La lista se mantuvo hasta su abolición formal en 1974.

En 1947 el Congreso aprobó la Ley Taft-Hartley. Esta ley exigía que los funcionarios sindicales afirmaran en una declaración jurada que no eran miembros del Partido Comunista y no apoyaban ninguna organización que abogara por derrocar al gobierno por la fuerza.

Ressler señaló a las personas que conoció al hacer campaña en las calles de East Liberty que la ley de lealtad de Pennsylvania no es un vestigio del pasado. “La clase dominante está aprestándose a combatir a los trabajadores que resisten los ataques a nuestros salarios, beneficios y condiciones de trabajo”, dijo. “Por eso estamos lanzando una campaña contra el juramento de lealtad y posiblemente entablemos una demanda judicial en su contra”.

Los partidarios de la campaña socialista van a recolectar dos mil firmas en las últimas dos semanas de junio --el doble del requisito municipal-- para que el nombre de Ressler aparezca en la boleta electoral.

Al hacer campaña el 4 de junio, Ressler le dio la mano a trabajadores y jóvenes en la avenida Penn y habló con manifestantes en una protesta de paz.

Muchas personas respondieron con interés cuando Ressler explicó que la campaña del PST apoya las luchas obreras para sindicalizarse y movilizar la fuerza de los sindicatos para resistir las arremetidas patronales. “También sacamos de relieve la campaña de Washington y sus aliados para impedir que las naciones oprimidas por el imperialismo desarrollen la energía nuclear y otras fuentes energéticas que necesitan para ampliar la electrificación, un requisito para hacer avances económicos y sociales”, dijo.
 
 
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